A menudo escuchamos que nada es tan importante en la economía como la confianza. Pues bien, si el mercado bursátil refleja el grado de convencimiento que tienen los inversores en la economía transalpina, bien podría decirse que la llegada al gobierno del Movimiento 5 Estrellas y la Liga Norte no solo no ha generado certidumbre, sino que ha despertado una grave sensación de inseguridad.
En los cinco primeros meses del año, la bolsa italiana acumulaba una subida del 12,5%. La falta de gobierno no parecía hacer mella entre los inversores, que repetían así el comportamiento observado en las crisis políticas que han sufrido en los últimos años países como Alemania, Bélgica o España. Sin embargo, el desenlace de las negociaciones para formar gobierno desató una espiral de caídas, hasta dejar el selectivo transalpino un 7,25% por debajo de los registros anotados a comienzos de año. Así las cosas, los mercados italianos se dejan casi veinte puntos desde que populistas de izquierda y derecha tomaron el poder.
La prima de riesgo, que mide el diferencial de financiación entre la deuda alemana y la italiana, refleja también el fuerte aumento de la incertidumbre ocurrido desde la formación del nuevo gobierno. Ahora mismo, los bonos a diez años del Tesoro germano se pagan 300 puntos básicos por debajo de los títulos emitidos por Roma.
Otra forma de medir la desconfianza es el porcentaje de acciones italianas ostentado por los fondos de inversión internacionales. En 2010, la cuota de mercado de las compañías transalpinas era del 1%. En 2016, tras años de estancamiento económico, este porcentaje había bajado un 10%, hasta situarse en el 0,9%. Sin embargo, el lío político y la ausencia de reformas macroeconómicas han hecho que el porcentaje de acciones italianas controlado por fondos globales haya caído a cotas cercanas al 0,6%.
Fitch y UBS apuntalan las dudas
Las dudas de los inversores se vieron reforzadas recientemente, cuando la agencia de calificación de deuda Fitch revisó la nota del país transalpino para situarla en perspectiva negativa. El informe que justificaba esta decisión apuntaba con especial preocupación al aumento de la deuda pública que se derivaría de las propuestas fiscales del nuevo gobierno.
En la misma línea va UBS, cuyos informes de análisis recuerdan que la economía solo está creciendo al 1,2%. Según el servicio de estudios de la entidad con sede en Suiza, las promesas de gasto que han hecho los partidos que lideran Luigi di Magio y Matteo Salvini tienen un coste que oscilaría entre el 5% y el 7% del PIB. Números imposibles de cuadrar, especialmente en un país cuya deuda pública llega ya al 130% del PIB, duplicando las tasas observadas en Alemania.