El sector de la vivienda continúa creciendo en España a pasos agigantados. Tanto es así que en el segundo trimestre del año se vendieron un total de 134.196 unidades, un 4% más que en el trimestre anterior, según los datos del Colegio de Registradores.
Este resultado trimestral es rel más elevado desde el segundo trimestre del año 2008 y ha vuelto a disparar los temores a que se pueda generarse una nueva burbuja. En el acumulado del año las cifras también se remontan una década. En los últimos doce meses se han inscrito 494.263 viviendas, el mayor resultado interanual desde el primer trimestre de 2009.
Pero, a pesar de estas cifras precrisis, el mercado todavía está muy lejos del panorama que existía antes del pinchazo inmobiliario. Uno de los principales índices que explican por qué el ladrillo no volverá a estallar es el hipotecario. Mientras que el pasado mes de junio se firmaron 30.600 hipotecas en nuestro país, en ese mismo mes del año 2006 se llegaron a conceder 123.081 préstamos, lo que refleja que ahora los bancos no conceden este tipo de créditos a la ligera.
Otro dato que invita a mantener la calma son las construcciones de obra nueva. Mientras que en 2006 se autorizaron 865.561 visados de obra nueva para uso residencial en España, entre enero y mayo de 2018 esa cifra apenas ascendió a 40.293 unidades.
Por último, aunque todavía no ha tocado techo, el encarecimiento de los pisos todavía está lejos de las subidas interanuales de entre el 20 y el 30% de hace más de una década. En concreto, en el segundo trimestre, el precio de la vivienda presentó un incremento anual del 10,7%, continuando la senda de subida observada en los últimos trimestres. Con respecto al trimestre anterior, el aumento ha sido del 3%. El ritmo de crecimiento de los últimos trimestres arroja un descenso acumulado del 16,9% desde los niveles máximos del índice, alcanzados en 2007.