Son sostenibles, no contaminan, pretenden sustituir a los malvados coches en el centro de las ciudades… pero su aterrizaje no convence a los ayuntamientos del cambio. Y es que Madrid, Barcelona y Valencia le han declarado la guerra a los patinetes eléctricos a pesar de que sus efectos encajan a la perfección con la bandera ecologista que tanto enarbolan.
El Ayuntamiento valenciano ha sido el último en actuar contra una empresa de alquiler de estos patinetes. La afectada se llama Lime, está participada por compañías de la talla de Uber o Google, y su actividad ya ha sido restringida a los pocos días de ponerse en marcha. Así lo ha decidido este lunes el consistorio que dirige Joan Ribó en una reunión con su equipo.
La Policía requisará los patinetes en Valencia
Para tomar esta decisión el grupo liderado por Compromís se excusa en que la compañía no les ha pedido permiso para operar y en que los patinetes invaden el espacio público. Tanto es así, que aseguran que los patinetes están "abandonados" en las calles en lugar de aparcados.
El sistema de alquiler de Lime es muy parecido al de los coches de alquiler Car2go o al de las bicis Ofo. El usuario detecta el vehículo a través de un GPS que incluye la aplicación, realiza el trayecto, lo paga a través del móvil y lo deja estacionado en la vía pública para que otro usuario lo coja. Pues este sistema ha llegado a su fin porque el Ayuntamiento de Valencia ya ha dado orden a la Policía Local de requisar todos los patinetes que encuentre por la calle.
Madrid aprueba una nueva normativa
El Consistorio de la ciudad valenciana también se ha puesto manos a la obra para preparar una ordenanza municipal sobre este tipo de patinetes. Esta decisión está inspirada en el Ayuntamiento de Madrid, que ha aprobado un nuevo reglamento a la espera de darle luz verde en el pleno.
La normativa de la capital restringirá la circulación de los patinetes a los carriles bici, parques, calles de sentido único limitadas a 30 kilómetros, ciclocalles y calles residenciales. Además, las empresas tendrán que contar con el permiso municipal para poder operar. Sin embargo, Lime también ha empezado a operar en Madrid y por ahora el servicio funciona con normalidad.
¿Acera o carretera?
Así, la normativa del Consistorio madrileño impediría el transito de estos patinetes por la acera. Asociaciones como la de Usuarios de Vehículos de Movilidad Personal (AUVMP) defienden su circulación "moderada" junto a los peatones "mientras las calles de nuestras ciudades terminan de montar sus vías seguras de movilidad personal, por supuesto siempre con preferencia al peatón y respetando la medida de seguridad de un metro de separación con los mismos". Creen que con la normativa de Carmena los patinetes "quedan prácticamente excluidos de la circulación urbana".
En la empresa española de alquiler de patinetes Koko lo tienen claro: la normativa debe equipararse a las bicis."Tenemos que poder circular por la carretera, como las bicis, no por la acera", señala su CEO, Teo Ortega, a Libre Mercado. "Nuestros patinetes pueden circular a 25 kilómetros por hora, la misma velocidad que coge una bicicleta. No entendemos por qué no podemos ir por carretera", añade. En la capital las multas a los patinetes por circular por la carretera ya han empezado a producirse.
Ortega no está de acuerdo con los argumentos de los ayuntamientos que critican que los patinetes usurpan espacios públicos. "De hecho, lo van a liberar porque los patinetes van a sustituir a los coches en las ciudades y un coche ocupa el espacio de 10 patinetes", calcula. Eso sí, el CEO de Koko ha lanzado un dardo a la empresa Lime por "lanzar su producto antes de pedir permiso". Koko todavía no ha empezado a operar en nuestro país, aunque asegura que está a punto de hacerlo.
En Barcelona también pocos días le ha durado el éxito a la compañía de sharing Wind. Desde la semana pasada, las autoridades de la Ciudad Condal han procedido a retirar los patinetes propiedad de la empresa alemana Bike Mobility de las calles. Se cuentan en un centenar.