La llegada de Pedro Sánchez a La Moncloa coincide con un proceso cada vez más acusado de desaceleración económica. Aunque el nuevo gobierno no paree muy preocupado, los indicadores adelantados permiten alumbrar un frenazo en el ritmo de crecimiento de la economía, en línea con los temores de los analistas más pesimistas.
El consumo de los hogares, por ejemplo, apuntó en el segundo trimestre de 2018 una sorprendente caída. El pasado año, su tasa de variación fue del 0,5% entre enero y marzo, del 0,8% entre abril y junio, del 0,7% entre julio y septiembre y del 0,6% entre octubre y diciembre. Por comparación, el curso 2018 arrancó con una variación del 0,7% en el primer trimestre, mientras que abril-junio registraron un aumento de apenas un 0,2%.
Otro aspecto que preocupa es el de las exportaciones. Los indicadores del Ministerio de Economía apuntan que el mes de mayo se ha cerrado con un retroceso del 0,2% en las ventas al extranjero. Por comparación, los números para 2015, 2016 y 2017 fueron, respectivamente, del 3,5%, 4,6% y 15,2%. De modo que el tirón de la internacionalización podría estar mostrando síntomas de deterioro.
Si nos fijamos en la afiliación a la Seguridad Social, la evolución del empleo parece apuntar hacia la baja desde hace algunos meses. En 2015, el número de altas fue de 59.000, mientras que en 2016 se alcanzaron las 85.000. El pasado ejercicio, estos niveles cayeron hasta los 56.000 nuevos afiliados, mientras que julio de 2018 cerró con la peor cifra en cinco años, con 36.000 altas.
La producción industrial registra caídas varias en los últimos meses. Ya tenemos los datos finales del mes de mayo, publicados por la Secretaría de Estado de Comercio, dependiente del ministerio de Economía. De acuerdo con dicha instancia, el quinto mes del año se cerró en 2015 con una subida de la producción del 3,5%, antesala del 4,6% observado en 2016 y del 15,2% registrado en 2017. Sin embargo, esta tendencia al alza se ha roto en 2018, hasta el punto de que la producción industrial bajó un 0,2% durante el pasado mes de mayo.
El turismo también arroja una progresiva desaceleración. En 2015, el número de turistas llegados en el primer semestre del año aumentó un 4,2%. Un año después, en 2016, el crecimiento se disparó hasta el 11,7%. El curso pasado, los niveles de aumento fueron muy similares, alcanzándose el 11,6%. Sin embargo, el período que va de enero a junio de 2018 ha concluido con un mediocre 1,8%.
El comercio minorista también está comportándose peor de lo esperado. Sus ventas en julio retrocedieron un 0,4%, tras subir un 4,8% en 2016 y crecer un 0,9% en 2017. De hecho, los datos de ventas apuntan a una caída casi continuada desde comienzos del año, pasando de tasas de aumento cercanas al 2,5% a escenarios recesivos.
Como apuntó Libre Mercado, el servicio de estudios del banco BBVA considera que el enfriamiento es tal que España va a crecer por debajo del 3% por primera vez desde 2014. Algo parecido es lo que tiene previsto la AIREF, cuyo termómetro advierte de la "desaceleración de la economía en el tercer trimestre del año".