Hace solo unos días, Venezuela llevó a cabo una nueva devaluación monetaria, consistente en restarle cinco ceros al bolívar con el fin de disminuir el índice inflacionario. Sin embargo, tal y como relata Eduardo Flores, analista político venezolano que aún reside en el país, "esta reforma genera pobreza, ya que el chavismo continuará incrementando la inflación y el poder adquisitivo será cada vez menor. Sobrevivir en Venezuela será económicamente imposible en un par de años", lamenta.
En teoría, y con los datos oficiales en la mano, la moneda se ha devaluado un 96%, lo cual se traduce en que 1 dólar se cambiará ahora a un precio de 60 bolívares soberanos, "pero lo dicho por el régimen de Maduro es muy distinto a lo que sucede en la realidad". El bolívar se sigue depreciando debido a la falta absoluta de credibilidad del Gobierno, y prueba de ello es que horas después de este anuncio el dólar ya se cambiaba a 65 bolívares. "Esto equivale a que el salario mínimo son unos 30 dólares" en Venezuela, aclara Flores.
Además, "antes de la reconversión monetaria, el salario mínimo no superaba los 6 millones de bolívares fuertes, y ahora, tras la reforma, el régimen lo ha elevado a 1.800 bolívares soberanos, equivalentes a 180 millones de bolívares fuertes, lo cual generará un alto índice de desempleo en la empresa privada.", explica. Por ello, las esperanzas sobre una posible recuperación económica de Venezuela parecen cada vez más lejanas.
"La única manera de que la situación se estabilice y, posteriormente, se recupere es que caiga el régimen de Maduro y sus secuaces de la falsa oposición. Pero ahora estamos destinados a la bancarrota, la miseria económica y la supervivencia", advierte este analista que narra en Twitter, casi de manera diaria, las desgracias que padece su país.
En Venezuela, es cada vez más común ver establecimientos que se niegan a cobrar en bolívares y ponen los precios de sus productos en pesos colombianos o en dólares. "En el mercado negro de divisas es en el que se mueve más dinero. Eso sí, los precios de cualquier divisa extranjera son exorbitantes y se alejan del cambio oficial que señala 1 dólar por cada 60 bolívares.", explica Flores.
Todo está pendiente de un hilo. El sistema bancario se acerca cada día más hacia el colapso total. No en vano, cabe recordar que la banca privada ha sido intervenida y está siendo vigilada por el Gobierno bolivariano. "Hoy en día, aunque suene absurdo o insólito, los bancos no tienen, literalmente, papel moneda. La gente se apresura a sacar los bolívares de sus cuentas para obtener comida, otros productos básicos o, simplemente, para cambiarlo rápidamente por otra moneda porque cada día se devalúa más", añade Flores.
El agónico día a día
Este joven analista ha sufrido en sus carnes lo que significa estar inmerso en una situación así, que muchos catalogan de crisis humanitaria, similar a la que se sufre bajo una guerra o una catástrofe natural. "El día a día en Venezuela es frustrante, rudo, difícil y complicado". Los cortes de luz y agua potable son constantes, a veces transcurren muchas horas entre el corte del servicio y su reanudación. El transporte público está paralizado y acceder a bienes de primera necesidad resulta muy complicado. "Para comprar cualquier cosa, las colas duran hasta ocho horas", relata. Quizá lo más llamativo es que en el país con las mayores reservas de petróleo del mundo, los conductores tengan que esperar un mínimo de cuatro horas para llenar el depósito.
Desde 2015, cuatro millones de personas -el 12% de la población- ha salido de Venezuela y el 40% de los que todavía residen en el país esperan poder escapar cuanto antes. "La huida es masiva", afirma Flores. "Lo que se vive aquí dentro es desesperante, es una situación que hay que verla para creerla. No sé como decirte. Es una sensación de desesperación, desgaste, desesperanza, agotamiento, sumisión, tristeza y resignación. Hasta el suicidio es una opción que mucha gente contempla, por desgracia".
El pueblo venezolano no ha aprendido
Hace tiempo que en Venezuela se habla de que la oposición al régimen es una farsa, algo parecido a lo que inventó Fidel Castro en Cuba para dar una imagen de pseudo-democracia. "La MUD es un lobby que se ha unido al Gobierno para evitar las sanciones", advierte un resignado Flores. "Creo que lo peor de todo es que el pueblo venezolano no ha aprendido del fracaso del socialismo, ya que siguen apostando por una clase política de izquierda mal llamada oposición y no se abre espacio a otras ideas políticas. Parece que Venezuela está destinada a volver a repetir la historia de Hugo Chávez y es lamentable".
Tras las revueltas vividas en Nicaragua las últimas semanas contra otro régimen socialista y añadido al continuo empeoramiento de la situación en Venezuela, Flores advierte de que cada vez se dan más condiciones para que todo estalle y se inicie una revuelta. "Estamos en un punto en que lo más mínimo puede hacer que todo explote. Aunque habrá que ver la formación de los bandos porque, además de los defensores del régimen, estarán los charlatanes y traficantes de esperanza que se encuentran en la oposición. Para que algo cambie de verdad hay que romper de raíz", concluye.