La economía alemana sigue tirando del carro. Pese a la incertidumbre política que está marcando el clima institucional desde las últimas elecciones generales, la locomotora teutona ha cerrado el segundo trimestre de 2018 con mejoras en el consumo y la producción industrial, así como un bendito problema de escasez de mano de obra.
De acuerdo con las encuestas laborales que realiza el instituto IAB, el número de puestos de trabajo que no se pueden cubrir por falta de cualificación de los asalariados disponibles asciende ya a 1,21 millones. Hay que tener en cuenta que la tasa de paro es del 3,5%, de modo que no es muy factible cubrir dichas vacantes con desempleados.
Según los sondeos de IAB, hay dos factores que lastran el proceso de búsqueda de trabajadores: por un lado, el hecho de que el desempleo haya caído tanto redunda en que la oferta de potenciales empleados se ha reducido significativamente; por otro lado, también hay quejas sobre la preparación de la fuerza laboral que sí quiere trabajar, especialmente en el caso de la población extranjera.
En el ámbito industrial, el miedo a una guerra comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea ha minado las cifras de negocio de la industria alemana para el mes de junio. Los pedidos cerrados durante el sexto mes del año cayeron un 0,9% y se situaron en niveles de 2016. No obstante, si también analizamos los números de abril y mayo, vemos que el trimestre cerró en positivo, con una mejora de la producción del 0,4%. Será interesante ver lo que ocurre en adelante, sobre todo a raíz del aumento de las tensiones comerciales.
Crecimiento del 2%
Los indicadores adelantados permiten anticipar que el crecimiento de la economía alemana ha subido del 0,3% registrado en el primer trimestre al 0,4% observado entre abril y junio. Las mejoras en el consumo y los datos de producción industrial han contribuido a la aceleración del PIB, al igual que ha ocurrido con el buen desempeño de la construcción.
En 2017, el crecimiento de Alemania se movió al alza durante todo el ejercicio, hasta alcanzar una tasa de aumento del PIB del 2,5%. Este 2018, el consenso de los analistas espera un repunte algo menor, en el entorno del 2%.