Durante los meses de mayo y abril, el Ayuntamiento de Barcelona ha realizado decenas de inspecciones por las calles de la ciudad para multar a aquellos establecimientos que ocupasen la vía pública sin el permiso correspondiente. Según la ordenanza municipal, es necesario solicitar y pagar una licencia para poder utilizar parte de la vía pública, un canon similar al que pagan los bares por tener sus correspondientes terrazas.
Las inspecciones comenzaron a petición del Gremio de Floristas, quienes se quejaron que las tiendas multi-bazar estaban exponiendo flores en las calles sin la licencia correspondiente y sin dedicarse al sector, tal y como señalan fuentes del Consistorio que dirige Ada Colau. Sin embargo, la petición de los floristas parece que se les ha vuelto en contra porque son varias las tiendas de flores de la Ciudad Condal las que han recibido una sanción por exponer sus productos en la puerta de las tiendas.
Las multas que ha interpuesto el Ayuntamiento oscilan entre los 300 euros y los 1.800 euros, en función de los metros cuadrados de la vía pública utilizados y el tiempo que dura la utilización del espacio. Para los floristas, pagar las sanciones les sale, en ocasiones, más rentable que abonar el pago anual de la licencia local.
Ahora, el Gremio de Floristas solicita la creación de una tasa especial para la exposición de flores y plantas. "Algunas plantas son de exterior y tenemos que sacarlas a la calle", lamentan algunos propietarios a El País. Además, reclaman o bien una reducción del precio de la licencia o incluso que ésta pase a ser gratuita para las tiendas especializadas. Sin embargo, desde el Ayuntamiento aseguran que no pueden separar unos comercios de otros para el pago de este tipo de licencias.
Por su parte, son varios los floristas los que se niegan a pagar las sanciones y las licencias mientras no se persiga a aquellos que venden flores y plantas en mesas de cualquier calle sin pagar licencias, ni tener establecimiento y sin cotizar los ingresos.
La situación ha llegado a un punto que el Ayuntamiento ha llegado a multar e incluso ha obligado a retirar a varias heladerías y horchaterías los típicos muñecos, conocidos como ninots, que simbolizan la imagen de la marca. Es el caso de la horchatería Tío Che, que el pasado 3 de agosto tuvo que quitar un ninot que llevaba 20 años en la puerta del local. Tras varias protestas vecinales, el ninot ha vuelto a su sitio habitual.