El servicio de estudios de BBVA tiene claro que el efecto Sánchez es perjudicial para la economía. Tras la sorpresa negativa que arrojaron los datos de crecimiento del segundo trimestre del año, los analistas de la entidad financiera hablan ahora de un "sesgo a la baja en el crecimiento" al que se añade una "elevada incertidumbre interna".
Los investigadores de BBVA apuntan que el crecimiento "podría caer al 0,7% entre julio y septiembre" y añaden que el enfriamiento de la economía puede reducir la tasa anual de crecimiento al 2,9%. La demanda doméstica continúa soportando el avance de la actividad y se mantienen las expectativas de recuperación en el sector exterior, pero el informe ve nubarrones en el horizonte.
Así, el servicio de estudios de BBVA considera que "desde el arranque del trimestre, se está constatando una moderación temporal en el ritmo de creación de empleo". No en vano, el número de afiliaciones a la Seguridad Social apenas aumentó en 25.000 personas durante el pasado mes de julio, 20.000 trabajadores por debajo de los registros de 2017. Mirando al presente trimestre, la caída del paro que espera BBVA es del 1,1%, frente al 1,5% de abril-junio. Al menos la inflación podría darle un respiro al bolsillo de los españoles, puesto que su crecimiento parece haberse moderado en los últimos meses, apuntando ahora a una tasa anual del 1% en el IPC.
Se confirma la desaceleración
Hace algunas semanas, el Instituto Nacional de Estadística confirmó que el crecimiento del segundo trimestre del año se quedó claramente por debajo de lo esperado, anotando un avance del 0,6% frente a proyecciones del 0,8%. Ahora, los modelos de análisis de BBVA señalan que el tercer trimestre va a cerrar con una expansión del 0,7%, frente a cotas esperadas en niveles que llegaban al 0,9%. "La materialización de estas estimaciones supondría, por tanto, un sesgo moderado a la baja sobre el crecimiento para 2018, que caería al 2,9%, explican desde el banco.