La lira volvió a caer con fuerza el lunes y las declaraciones del presidente Recep Tayyip Erdogan hablando de "guerra" y acusando de "terroristas" a quienes especulan contra la lira tan sólo acrecientan el nerviosismo y la incertidumbre sobre al deriva que puede protagonizar la economía otomana. Tanto es así que el riesgo de contagio ha empezado a crecer, de modo que las dudas se han extendido a otras moneda de países emergentes.
Tras el pasado viernes negro, el Banco Central de Turquía (TCMB) intervino el lunes para tratar de evitar otra jornada de luto, pero no evitó que la moneda se despeñarse otro 8%. El emisor turco anunció una inyección de liquidez al sistema financiero de aproximadamente 6.000 millones de dólares y oro por valor de 3.000 millones, así como 10.000 millones de liras, mediante la reducción de los límites de reservas de divisas permitidas a los bancos turcos.
Poco más tarde, Erdogan, intentó tranquilizar los mercados asegurando que la lira se estabilizará y arremetió contra los "traidores a la patria" que alimentan especulaciones en sentido contrario. "El cambio de la moneda se asentará lo antes posible en un nivel razonable, dentro las reglas económicas. No se preocupen, pueden estar tranquilos. No hemos hecho concesiones en la economía de libre mercado. No se debe prestar atención a los que dicen lo contrario", dijo el mandatario. Aludió así al rumor, desmentido ya por su yerno y ministro de Finanzas, Berat Albayrak, de que el Gobierno pudiera estar pensando en confiscar o convertir forzosamente en liras los depósitos en moneda extranjera.
"En las redes sociales hay unas cuantas personas que hacen terror económico. Se han tomado medidas judiciales contra ellos. Cuando los detengamos les aplicaremos el castigo necesario. Porque todos ellos son traidores a la patria", destacó Erdogan. Poco antes, el Ministerio del Interior había declarado que investiga a 346 cuentas de redes sociales que "compartieron mensajes para provocar el aumento en el tipo de cambio del dólar" desde el 7 de agosto pasado.
Desde el viernes pasado, la lira ya acumula un 25% de pérdidas, en lo que los analistas consideran un efecto de las tensiones diplomáticas con EEUU, combinado con la pérdida de confianza de los inversores, al observar que el Gobierno turco no toma medidas para sanear la economía. La depreciación de la lira encarece la refinanciación del país, muy dependiente del exterior, lo que a su vez empeora sus números macroeconómicos y genera una mayor debilidad de la lira en un círculo vicioso de difícil salida. La única medida eficaz para frenar la inflación, que se ha disparado hasta el 15% interanual, sería una drástica subida de los tipos de interés, fijados desde junio en el 17,75%, pero Erdogan se resiste a ello por miedo a que se frene el crecimiento económico.
Argentina dispara los tipos de interés
El estallido de la crisis turca, sumada a la inacción del régimen para afrontar la situación, ya está generando temblores en otros mercados emergentes, receptores, al igual que Turquía, de abundante liquidez en dólares -y euros- a tipos muy bajos tras el estallido de la crisis financiera internacional.
Uno de los más afectados está siendo Argentina, cuyo Gobierno tuvo que recurrir recientemente a un rescate por parte del FMI para tratar de frenar el desplome de su moneda. Sin embargo, la crisis turca ha vuelto a elevar la tensión en torno al peso. El Banco Central de Argentina (BCRA) anunció el lunes una nueva subida de los tipos de interés, del 40 al 45%, "en respuesta a la coyuntura externa actual" y evitar que esta situación impacte de nuevo sobre la inflación, después de que el peso haya vuelto a caer en los últimos días.
El peso argentino se depreciaba durante un 2,69 % frente al dólar en el mercado de cambios, lo que tras varias semanas de estabilidad confirma la tendencia a la baja de la divisa nacional desde mediados de la pasada semana. Desde finales de abril, cuando comenzó la volatilidad cambiaria, la divisa argentina se ha devaluado más de un 48% y un 63% en lo que va de año. En abril, la subida de los tipos de interés en EEUU provocaron que los inversores comenzaran a trasladar allí sus capitales y a abandonar los mercados emergentes, lo que en un país como Argentina, con una fuerte dependencia internacional para financiarse, tuvo consecuencias que se hicieron evidentes en una abrupta devaluación del peso ante el dólar.
Otras divisas emergentes
Pero no es el único. El rand sudafricano se está llevando la peor parte, tras caer a su nivel más bajo en dos años frente al dólar. El rublo ruso también se ha hundido a mínimos de dos años y medio, mientras que la rupia india ha vuelto a marcar mínimos, el desplome de la rupia indonesia ha provocado la intervención de su banco central y el yuan chino está experimentando, igualmente, un significativo declive en las últimas jornadas.
Según el ranking que elaboran los analistas de Bloomberg, las economías emergentes más vulnerables a una crisis monetaria debido a su elevado déficit por cuenta corriente y alta deuda externa son, por este orden, Turquía, Argentina, Colombia, Sudáfrica y México. El temor de los inversores es que el fortalecimiento del dólar, la guerra comercial protagonizada por EEUU y el agravamiento de la crisis turca acaben desatando una tormenta en los mercados emergentes similar a la que aconteció en Asia en la segunda mitad de los años 90.