Por onceava vez en lo que va de legislatura, el Gobierno de Donald Trump ha batido el récord histórico de población ocupada en Estados Unidos. El apocalipsis económico anticipado en 2016 por los críticos del entonces aspirante a la presidencia contrasta con el buen desempeño del crecimiento y el empleo en 2017 y la primera mitad de 2018.
Según los datos de la Oficina de Estadísticas Laborales del país del Tío Sam, hay 155.965.000 estadounidenses trabajando y la tasa de paro ha caído por debajo del 4%, tras la creación de 268.000 empleos en mayo, 248.000 en junio y 157.000 en julio. De hecho, las cifras de empleo de mayo y junio acaban de ser revisadas al alza, puesto que los técnicos de la Oficina de Estadísticas Laborales han constatado que se quedaron cortos en su estimación de empleo en cerca de 60.000 puestos de trabajo. Latasa de participación laboral sigue recuperándose y alcanza el 62,9%. Hablamos, eso sí, de un porcentaje que sigue siendo un tanto reducido, especialmente debido al envejecimiento de la población.
Suben los sueldos
Uno de los aspectos que más preocupaba al nuevo Gobierno de Trump era el estancamiento salarial de los últimos años. Bajo gobierno de Barack Obama, la reducción del paro fue lenta y las subidas remunerativas fueron escasas. Esta situación parece haber cambiado durante el último año, puesto que el sueldo medio por hora trabajada ha crecido en 0,71 dólares, lo que supone un aumento de honorarios del 2,7%.
Entre los distintos grupos de población, la creación de empleo se está manifestando de manera transversal. Los blancos registran un paro del 3,4%, mientras que los asiáticos están aún mejor y se anotan un 3,1%. Entre los hispanos se acaba de marcar un mínimo histórico de paro, con apenas un 4,5% de dicho segmento en situación de desempleo. Algo peor es el desempeño de la población negra, pero su tasa de paro también se ha reducido durante los últimos años y ya se mueve en el 6,6%.