La economía española sigue creciendo, pero empieza a confirmar un cierto enfriamiento. Entre los meses de abril y junio, la actividad aumentó un 0,6%, de acuerdo con el último boletín de contabilidad nacional emitido por el Instituto Nacional de Estadística.
El porcentaje del 0,6% implica, en términos interanuales, un ritmo de crecimiento del 2,7%, lo que nos sitúa tres décimas por debajo del 3% en el que se estaba moviendo España en los tres primeros meses del año. De hecho, la cifra de crecimiento trimestral es la más baja desde 2014.
El boletín del INE apunta que la demanda nacional está tirando del carro con cierta fuerza, hasta el punto de que su aportación al crecimiento es de 2,9 puntos. Sin embargo, la demanda exterior arroja una contribución negativa, de 0,2 puntos. Por otro lado, resulta preocupante comprobar que, si desagregamos el gasto en consumo, el ritmo de crecimiento de los hogares es del 0,2%, lejos del 0,7% observado en las Administraciones Públicas.
Empleo y salarios
Este enfriamiento no ha impedido que se siga creando empleo. Si analizamos su evolución en términos de puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo, encontramos un crecimiento del 2,5%, frente al ritmo del 2,6% con el que comenzó el curso. Esta cifra supone "un incremento de 448.000 asalariados durante el último ejercicio".
La remuneración de los asalariados "presenta un crecimiento interanual del 4% en el segundo trimestre, cuatro décimas superior al del trimestre anterior. Este resultado es consecuencia del aumento del 3,2% del número de asalariados, similar al del trimestre anterior, y de que la remuneración media por asalariado varíe un 0,7%, frente al 0,4% del primer trimestre".