La Agencia Tributaria vuelve a las andadas. Precisamente ahora que el nuevo Gobierno de España plantea distintas medidas orientadas a endurecer el Impuesto de Sociedades, el Fisco ha vuelto a insistir en trasladar la idea de que las grandes empresas apenas pagan impuestos a base de presentar una serie de cálculos estadísticos que solo genera confusión en este debate tan importante.
Este nuevo ejercicio de demagogia por parte de la Agencia Tributaria viene a decir que el tipo efectivo que abonan las grandes empresas ascendió en 2016 al 6,14%, por debajo del 7,54% anotado en 2015. El problema es que este cálculo parte de comparar los impuestos pagados en España con los beneficios obtenidos dentro y fuera de nuestro país.
Si el cálculo se realiza como corresponde, es decir, si se comparan los beneficios conseguidos en España con los impuestos abonados en nuestro país, la cosa cambia de manera sustancial. Como reconoce la Agencia Tributaria en otro epígrafe, este cálculo eleva del 6% al 19% el tipo efectivo que realizan los grandes grupos consolidados.
Entre 2015 y 2016, el tipo general del Impuesto de Sociedades fue reducido del 30% al 25% por la Administración Rajoy. Dicho recorte en el tramo de referencia del gravamen sobre beneficios empresariales hizo que, en términos efectivos, los impuestos pagados por las mayores compañías del país cayesen, en términos efectivos, del 20% al 19%.
Si ampliamos el foco y analizamos al conjunto del sector privado, el tipo efectivo registrado por la Agencia Tributaria en 2016 fue del 21,24%. Por otro lado, si aislamos a las principales empresas del país y estudiamos solo a las pequeñas y medianas, el tipo efectivo medio es del 22,6%.
Por otro lado, si estudiamos el conjunto del ejercicio 2016 vemos que, a pesar de la rebaja en el tipo general del Impuesto de Sociedades, los ingresos obtenidos por la Agencia Tributaria aumentaron un 6,8% en términos interanuales, hasta llegar a los 23.143 millones. Sí es cierto, no obstante, que el Gobierno saliente esperaba haber alcanzado los 24.399 millones, de modo que el objetivo recaudatorio fijado desde Hacienda pecó de optimista.