Lorenzo Montanari, director de Asuntos Internacionales de Americans for Tax Reform, habla con Libre Mercado sobre la reforma fiscal que impulsó Donald Trump a finales de 2017 y anticipa una nueva rebaja tributaria en 2018.
- ¿Qué hace exactamente su organización?
Americans for Tax Reform (ATR) es un grupo de presión creado en 1985, siguiendo el llamado del presidente Ronald Reagan, que pidió abiertamente a la sociedad civil que saliese a defender sus propuestas de reforma tributaria. El fundador de ATR es Grover Norquist, que hoy sirve como presidente de la entidad. Gracias a su trabajo y al de un gran equipo, nuestra organización es una de las más influyentes en la escena política americana.
ATR se opone a cualquier subida de impuestos. Lo hacemos desde la independencia, aunque nuestras propuestas tienen mucho más eco en el Partido Republicano. Nuestra fuerza, eso sí, no se limita a la esfera estadounidense. Desde hace diez años, hemos jugado un papel importante a nivel internacional, promoviendo reformas fiscales de corte liberal en distintos países del mundo.
En Washington se nos conoce por dos líneas de trabajo. Por un lado, influimos en las primarias de los dos grandes partidos americanos presentando a los candidatos una especie de carta de compromiso fiscal, mediante la cual se plasma el compromiso explícito de no apoyar ninguna medida que suponga un aumento de los impuestos. Esa firma sirve como guía a muchos votantes, que saben que quienes se comprometen con nosotros adquieren también un compromiso con ellos. Esta carta ha sido suscrita ya por más de 1.400 candidatos, entre ellos 250 representantes de la Cámara y el Senado.
Por otro lado, organizamos cada miércoles una reunión liberal-conservadora en la que acostumbramos a tener entre 150 y 200 asistentes. Durante cada uno de estos eventos se exponen veinte o veinticinco iniciativas intelectuales o de presión orientadas a promover el movimiento político de centro-derecha. Hay más de veinte réplicas de esta reunión semanal en distintos países del mundo, lo cual confirma que es un formato innovador y capaz de vertebrar a las asociaciones e instituciones que trabajan para defender las ideas liberales o conservadoras.
- ¿Qué balance hace de la reforma tributaria de 2017?
La rebaja fiscal que se aprobó a finales de 2017 redujo los impuestos de forma drástica. Ya no se exigen pagos por beneficios cosechados en el extranjero. La repatriación de activos foráneos se tasa a tipo reducido, que va del 8% al 15%. El tipo general del Impuesto de Sociedades pasó del 35% al 21%. Y los impuestos han bajado también para las familias: se duplicaron los mínimos exentos y las deducciones por hijo, pero además se recortaron los tramos aplicados a todos los niveles de renta.
- ¿Se nota ya el impacto económico de esa ansiada reforma fiscal?
Los datos de crecimiento que acabamos de conocer ya muestran que la economía se está acelerando. Este último trimestre, el PIB ha subido un 4,1%. El objetivo de la Casa Blanca era pasar de tasas de crecimiento que apenas llegaban al 2% a niveles cercanos al 3% anual. La reforma fiscal puede ayudar mucho en esa dirección.
- ¿Se le dará una nueva vuelta de tuerca al panorama tributario?
Ya estamos hablando con legisladores clave como Kevin Brady para lograr una segunda rebaja fiscal. Para empezar, se pretende que las rebajas fiscales que tienen fecha de caducidad (algunas de las medidas aprobadas en 2017 expiran en 2025) pasen a ser permanentes. También es importante conseguir un nuevo recorte en el tipo general del Impuesto de Sociedades, que ya bajó del 35% al 21%, pero podría ser reducido de nuevo para llegar al 20%, siguiendo indicaciones del propio presidente Donald Trump. Además, cabe mejorar el tratamiento fiscal de los planes de ahorro, vitales para apuntalar las pensiones.