Libre Mercado explicó en 2014 que los planes de austeridad implementados por Ana Botella en el Ayuntamiento de Madrid habían arrojado resultados mucho mejores de lo esperado. El consistorio de la capital de España cerró 2013 con un abultado superávit fiscal de 1.300 millones que permitió iniciar un lustro virtuoso en términos de reducción de la deuda municipal.
Bajo gobierno de Botella, el Ayuntamiento de Madrid logró reducir los intereses de la deuda local y negoció un plazo de amortización más favorable para las arcas públicas. Aunque heredó un pasivo que ascendía al 146% de los ingresos anuales, la ex alcaldesa dejó dicha ratio en el entorno del 100%, un descenso de casi cincuenta puntos porcentuales. Tan asentado quedó el "modelo Botella" que el gobierno comunista de Ahora Madrid no fue capaz de incumplir la Regla de Gasto y terminó sacando pecho de las reducciones de deuda que dejó aprobadas la regidora popular.
Pero, aunque la situación ha mejorado notablemente, Madrid sigue teniendo una deuda municipal mucho mayor que la del resto de grandes capitales. Según el Observatorio de Información Económico-Financiera de las Corporaciones Locales, el curso 2016 se cerró en la Villa y Corte con una ratio de deuda sobre ingresos del 81%.
Es lógico, pues, preguntarse por el margen de ajuste que sigue existiendo en los presupuestos del municipio. Quizá la partida más obvia es la referida a los gastos de personal. Dicha rúbrica era de 1.434 millones de euros en 2006, pero se disparó hasta los 1.640 millones en 2009, apenas tres años después.
Semejante aumento del gasto chocó de forma directa con el estallido de la crisis y la caída de los ingresos fiscales, de modo que el Ayuntamiento de Madrid tuvo que apretarse el cinturón en los años siguientes. En 2012, los gastos de personal habían bajado a 1.362 millones, mientras que en 2014 apenas llegaban a 1.293 millones.
No obstante, la llegada al poder de Ahora Madrid ha alterado esta dinámica. En 2015, el primer año con Manuela Carmena al frente del consistorio, los créditos definitivos aprobados por el Ayuntamiento elevaron a 1.330 millones los gastos de personal. Un año después, el presupuesto de la Villa y Corte elevó esta cifra a 1.346 millones. Por último, el Observatorio apunta que el ejercicio fiscal de 2017 reservó 1.369 millones para este concepto.
Teniendo en cuenta que los datos están ajustados al IPC, la subida de los últimos años resulta preocupante. Frente a un suelo de 1.293 millones consignados a la partida de gastos de personal, el Ayuntamiento de Madrid presupuesta ahora 1.369 millones por el mismo concepto. Si tenemos en cuenta que el gobierno local no ha asumido ninguna competencia nueva, el aumento se antoja aún más irracional.