El gestor de fondos y escritor Daniel Lacalle ha sido una de las figuras de cabecera de la campaña que ha liderado Pablo Casado para encabezar el Partido Popular. Libre Mercado ha hablado con él para conocer cómo nació esta alianza y para desglosar los puntos centrales de la propuesta económica esbozada por el nuevo líder del partido azul.
¿Cómo se gestó su colaboración con Pablo Casado?
Pablo y yo nos conocimos hace años, antes de las elecciones de 2015, y coincidimos en una gran cantidad de ideas y opiniones, tanto económicas como políticas. Compartimos sensibilidad sobre todo lo que nos depara la innovación tecnológica, un tema al que tanto él como el también diputado Teo García Egea han dedicado mucho tiempo. El propio Teo, que forma parte del equipo que ha ganado el Congreso del PP, ha sido también un buen amigo desde hace años, cuando empezamos a coincidir en debates de televisión.
De modo que esto venía de tiempo atrás…
En todos estos años hemos debatido muchas veces sobre el modelo de país que queremos y sobre los valores, objetivos y principios que merece la pena defender, la libertad, la propiedad privada, la meritocracia, la defensa de la persona, las familias y los creadores de empleo. Cuando se abrió el proceso de primarias, comentamos que merecía la pena intentarlo, devolver la ilusión, defender los valores que compartimos. Cuando se lanzó la candidatura, casi nadie parecía atreverse a apoyar abiertamente a Casado en un primer momento. Pero merecía la pena luchar por un proyecto renovador, desde el orgullo de lo conseguido y, repito, con una tremenda ilusión.
¿Recibió presiones tras anunciar su apoyo al entonces candidato?
Recibí muchos comentarios cuando apoyé públicamente la candidatura, algunos lo veían como un riesgo o una decisión inútil, también recibí alguna recomendación amistosa para retirar mi apoyo… Pero yo estaba, como estoy ahora, convencido de que la mejor opción para devolver al PP al gobierno pasaba por un proyecto que recuperase los principios liberal-conservadores de manera inequívoca. Sin complejos y con orgullo.
En muy poco tiempo, la ilusión se fue contagiando. La candidatura de Casado se ha convertido en un movimiento ciudadano, transversal, abierto y comprometido que ha devuelto la esperanza a muchos ciudadanos, y en cada ciudad donde Pablo se reunía con militantes y simpatizantes, se notaba. A mí me emocionó participar en dos charlas, una en Almería y otra en Madrid, en el distrito de Fuencarral, y ver que los militantes estaban deseando debatir, participar, y cómo la fuerza del mensaje de Pablo Casado se hacía contagiosa y revitalizaba a los asistentes.
¿Es factible bajar el Impuesto de Sociedades al 10%?
Claro, reducir el Impuesto de Sociedades y a la vez eliminar algunas deducciones y subvenciones que son obsoletas y no generan el impulso que deberían, es la mejor manera de incentivar la inversión, la creación de empleo y el crecimiento de la empresa española, que sigue siendo muy pequeña.
¿Qué supondría para España reducir el tipo máximo del IRPF a niveles inferiores al 40%? La izquierda dirá que es una medida "para los ricos"…
Supondría devolver el esfuerzo realizado a las familias y trabajadores, a los que han ayudado a sacar a este país del desastre que generó esa izquierda que destruía 3.000 empleos al día con mucha "dignidad". Aumentar la renta disponible de familias y clases medias es la mejor manera de incentivar el ahorro, el consumo, la inversión y el crecimiento económico. Si a la izquierda le parece que tomar un 40% del fruto del trabajo de los ciudadanos de rentas medias es "una medida para los ricos", entonces es que tienen un problema muy serio de conceptos. Hay que bajar todos los tramos del IRPF y simplificar los tramos para avanzar en el beneficio que se generó con las últimas bajadas de impuestos.
La izquierda solo sabe subir impuestos, y bajar el listón de rico. Igualar a la baja y empobrecer. Para la izquierda usted siempre gana demasiado y ellos gastan demasiado pocos. Los aristócratas del gasto público siempre consideran sus despilfarros el chocolate del loro y nuestro dinero solidaridad. En las comunidades autónomas donde gobierna han subido la cuña fiscal a familias y clases medias muy por encima de la media nacional. Nadie ha hecho más daño fiscalmente a familias y clase media durante la recuperación que las coaliciones de izquierda y populistas.
Algo similar ocurre con el Impuesto de Patrimonio. ¿Por qué debemos abolir este tributo de nuestro código fiscal?
Porque es inmoral. No hay que debatirlo. Son impuestos, los de Sucesiones y Patrimonio, que gravan al fruto del ahorro y la inversión que es el resultado de actividades que han pagado impuestos en varias ocasiones anteriormente (IVA, IRPF, IBI, Actividades Económicas, Sociedades, gravámenes regionales, etc.). Pagas todo eso, queda algo… y te cae otro impuesto. La falacia de que es otro bien el que está gravado es irrelevante. Ese sujeto tiene todo el derecho a recibir libremente el fruto del ahorro y del trabajo de sus familiares.
¿Es factible suprimir el Impuesto de Sucesiones y Donaciones, teniendo en cuenta lo enconadas que están las posturas en comunidades como Andalucía?
Precisamente por eso hay que suprimirlo a nivel nacional, porque si no, pasa lo que quieren hacer ahora "armonizar" es decir, subir. En 2019, España será el único país de Europa que mantenga estos impuestos obsoletos al ahorro. No podemos seguir así.
Al margen de la fiscalidad, ¿qué otras propuestas estrella ha asumido Pablo Casado tras sus reuniones con Vd.?
El proyecto incluye diez compromisos con España que son muy claros y, además, urgentes. Yo suscribo los diez.