Buena parte de los trabajos sobre la evolución de la desigualdad presentan al 10% más acaudalado como un grupo privilegiado que, con el paso de los años, apuntala sus ventajas económicas mientras el resto de la población se queda atrás. Sin embargo, Thomas Hirschl y Mark Rank han elaborado un interesante informe en el que, partiendo de un análisis dinámico, encuentran conclusiones muy distintas.
Por lo general, los trabajos sobre la desigualdad hablan del 10% o del 1% más rico con la mirada puesta en los resultados económicos de un determinado año. Sin embargo, esta perspectiva no nos dice nada sobre la composición de dicho colectivo. Al fin y al cabo, ¿de qué vale hablar del 10% o del 1% de más renta si los nombres y apellidos de estos selectos grupos de ingresos van cambiando con los años?
El trabajo de Thomas Hirschl y Mark Rank parte de este razonamiento y traza una investigación empírica de largo plazo, que analiza casi 50 años de información fiscal para medir la evolución de los ingresos de miles de contribuyentes estadounidenses. De esta forma, los autores del trabajo cambian por completo la forma de analizar la desigualdad y ponen de manifiesto la volatilidad apreciable en la composición de los grupos de más renta.
De entrada, la primera conclusión de su trabajo es que el 53,1% de los estadounidenses logra entrar en el 10% de mayor renta durante al menos un año de su vida. Este porcentaje contrasta con el magro 7,8% que consigue mantenerse en dicho nivel de ingresos durante diez o más años. He ahí dos buenas muestras de la elevada movilidad social de las economías de mercado.
Hirschl y Rank encuentran que el 35,4% de los americanos consiguen encadenar al menos dos años entre el 10% de mayores ingresos, mientras que al menos un 26,7% se mantiene en dicho grupo durante tres ejercicios. Algo más bajo es el 21,7% de contribuyentes que consiguió entrar en el 10% a lo largo de cuatro años consecutivos.
Si ampliamos el foco, vemos que el 18,2% de la población estadounidense entra en el 10% de más ingresos durante más de cinco y menos de diez años. Como ya hemos apuntado, el porcentaje que permanece en la élite no llega al 8%, de modo que la información fiscal confirma lo difícil que es mantenerse en la cúspide de la pirámide de ingresos.