Hace algunas semanas, el primer ministro holandés, Mark Rutte, compareció en la sede de Estrasburgo del Parlamento Europeo para pronunciarse sobre el futuro de la Unión Europea. Lejos de convertirse en un discurso más, su paso por la eurocámara le ha convertido en la nueva cara visible de quienes reivindican una reforma liberal de la Unión Europea.
Rutte empezó su comparecencia citando a Churchill: "él decía que la política es la capacidad de predecir lo que va a suceder mañana, la próxima semana, el próximo mes y el próximo año… y añadía que la política también tiene la capacidad de explicar, siempre a posteriori, por qué no sucede lo que se había dicho que iba a ocurrir. Y, aunque es cierto que siempre hay eventos inesperados, nuestra responsabilidad como políticos debe ser la de dirigir y trazar un rumbo. Mirando a Europa y al mundo de hoy, creo que es evidente que la Unión Europea está en un momento crítico y debe tomar decisiones que definan cuál es su plan para el futuro".
El primer ministro neerlandés admitió que su visión de la UE "ha cambiado con los años. Por un lado está el elemento transaccional, el del pan y la mantequilla. Para eso están el mercado único, la moneda común o la libre circulación de personas. Pero también hay otros argumentos que llaman a repensar la forma en que vemos a la UE. Tienen que ver con la seguridad ante amenazas comunes, con la estabilidad de nuestras democracias y con el respeto del Estado de Derecho y el imperio de la ley".
Según el gobernante de Países Bajos, "los desarrollos recientes dejan muy claro que no podemos dar por hecho nuestro modo de vida, nuestra forma de hacer negocios o nuestra forma de entender las relaciones internacionales. El orden multilateral está siendo desafiado de una manera que no hemos visto en décadas, y el equilibrio geopolítico de poder está cambiando. Europa debe estar unida para lidiar con el distanciamiento que está cultivando Rusia. También debe estar unida a la hora de tratar con China o India. Pero debo ser franco. Para lograr esa Europa fuerte, tenemos que cambiar de mentalidad. En mi opinión, menos es más".
Rutte criticó que se pretenda lograr una mayor unidad "a base de implicar a Bruselas en más y más áreas. La solución, no obstante, pasa por hacer poco y por hacerlo bien. Tenemos el mercado único, la política comercial, la Eurozona, las fronteras y los retos de seguridad colectiva. Esas son las áreas en las que debemos centrarnos. Ahí es precisamente donde Europa puede agregar valor. Y sería un error pensar que la UE ya lo ha logrado todo en estos aspectos. Pensemos en el mercado único. En el terreno digital, por ejemplo, la fragmentación regulatoria sigue en pie, con un coste agregado de más de un billón de euros".
Para el primer ministro, "el próximo presupuesto de la UE ofrece una oportunidad de oro para demostrar que nos tomamos en serio la reforma de las instituciones comunitarias. Seguimos destinando el 70% del gasto europeo a los fondos agrícolas. ¿Esas son las prioridades de mañana? Hay que ser realistas, no podemos seguir gastando con las prioridades de hace décadas".