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Saracho dice que el Popular era "una caca" y que tenía un valor cercano a cero

El expresidente del Popular dice que le daba "pereza" aceptar el puesto y que escogerle a él era como poner al banco "un lazo rojo" y un "Se vende".

El expresidente del Popular dice que le daba "pereza" aceptar el puesto y que escogerle a él era como poner al banco "un lazo rojo" y un "Se vende".
Emilio Saracho, expresidente del Banco Popular Español | Cordon Press

Emilio Saracho ha respondido a Ángel Ron. Y lo ha hecho con contundencia, en la Comisión de Investigación sobre la crisis financiera en nuestro país. Apenas unos minutos después de que acabase la comparecencia de su predecesor en ese mismo foro, el expresidente del Banco Popular, el que dirigiera el banco en el momento de su hasta su resolución en junio de 2017 por la Junta Única de Resolución (JUR) se ha defendido con un potente ataque, en el que ha señalado a Ron como el principal culpable de la intervención de la entidad.

En los siguiente párrafos, destacadas las principales afirmaciones de Saracho este jueves, en el Congreso:

El nombramiento:Saracho ha asegurado que aceptó, después de negarse varias veces, a presidir esta entidad porque la acción subió un 10% tras publicarse este ofrecimiento por parte de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Según este relato, en la noche del 1 de diciembre llamaron a su casa para comunicarle que el Consejo de Administración de la entidad había acordado ofrecerle la Presidencia, algo que rechazó porque no se había producido el análisis del estado de la entidad que había exigido en contactos previos, días antes. "No hemos hecho lo que dijimos que teníamos que hacer, por lo tanto la respuesta es 'no'. No puedo aceptarla, no sé qué queréis, no os conozco, no me habéis dicho nada", ha dicho, parafraseando su propia respuesta.

Minutos después, ha asegurado que el presidente de la CNMV, Sebastián Albella, para tratar de convencerle, le llamó porque iba a hacer público un hecho relevante con su nombramiento, ante lo cual le trasladó que, en caso de que se le nombrara, desmentiría tal información. "Hay que darle mérito al señor Albella. Me dice que si te ofrecen la Presidencia del Popular, no te puedes negar. Dije 'Bien, de acuerdo, no me puedo negar'", ha dicho. "Es como si me ofrecen la Torre Eiffel, siempre que no la tenga que comprar. Esto es literal, se lo dije. Acto seguido me mandan un hecho relevante en un mail a los 20 minutos", ha dicho. En esa transmisión se dijo que "por unanimidad", algo que, ha asegurado, "con el tiempo hizo inevitable" que aceptase la Presidencia.

Todo ello a pesar de asegurar que le daba "pereza infinita" asumir este cargo, pero que aceptó "por responsabilidad" al ver que la acción subió un 10%. "Nunca sabremos cuánto era por alegría de mi llegada o por la desaparición del señor Ron. Digamos que 50-50", ha dicho, destacando que de esta forma se "solucionaba la crisis de gobierno corporativo" en la entidad.

El valor del Popular:La evolución de la acción, ha dicho hoy, en ningún momento le quitaba el sueño porque sabía que "tendía a cero", ya que el Banco Popular era incapaz de dar una buena noticia. No sólo tuvo que modificar sus cuentas del ejercicio 2016, algo que se hizo evitando una reformulación, que incluía algún ajuste que en su opinión era "una trampa, ilegal e irregular". Y todo ello llegó a principios de 2017, en un momento que Saracho consideró "la tormenta perfecta" porque el banco ya había consumido todo el capital captado en su última ampliación y había probabilidades de que hubiera incumplido la ratio de liquidez. De constatarse ese último extremo el Banco Popular ya no podría abonar ciertos intereses a los inversores, lo que habría sido una situación grave, en sus palabras, "categoría 1 de terremoto".

Ampliación de capital: por eso y por el propio desconocimiento de la entidad de las necesidades que tenía de provisiones, Saracho llegó a la conclusión de que el banco "era un desastre", "una caca", con un valor muy cercano a cero. En este sentido, ha asegurado que los ajustes contables eran una prueba de que la entidad "engañaba" y, para más inri, se anuncia que el consejero delegado se va.

Así que la acción bajó con fuerza y comienza el deterioro de la liquidez, pues en un día salen 1.000 millones, todo antes de una junta de accionistas que se celebró en abril y en la que Saracho admitió de que era necesaria una ampliación de capital. En ese momento la entidad tiene dos caminos: uno pasa por ampliar capital y Saracho piensa que el banco necesita 5.500 millones, y el otro pasa por vender al mejor postor por lo que se abren los libros a cinco competidores.

La cifra de capital era "descomunal" y no la podía conseguir el propio Popular, pero el 18 de mayo de 2017 Saracho pensaba que la venta del Popular a un competidor era "inminente" y asegura que el Banco Santander era el que más podía pagar y no muy lejos BBVA, que era "el que tenía interés de siempre". Mientras tanto, ha explicado, trabajaba para desprenderse de TotalBank, la filial en Estados Unidos, por 540 millones dólares, y WiZink, por 1.200 millones, con la idea de rebajar el capital que tenía que captar Popular de 5.500 millones a unos 4.000 millones. No se llegó a la ampliación de capital, a pesar de que el accionista mexicano estaba dispuesto a poner 1.000 millones, pero tampoco se vendió el banco, lamentó.

La deriva del Popular de Ron: "No estoy arrepentido, a mí me nombró el propio caos del Banco Popular. Es el caos el que me puso en el Banco Popular", ha manifestado Saracho, que ha asegurado que antes de rechazar el cargo la misma noche que se publicó su nombramiento, ya había rechazado el cargo ante la petición de la presidenta de la comisión de nombramientos, Reyes Calero. Entre las razones por las que rechazó el cargo, ha citado que el Popular era "el mayor problema que había en banca en Europa". "Si eliminamos el Deutsche Bank", ha precisado.

La venta del banco:además, Saracho ha explicado que la otra razón por la que se negó a hacerse cargo del Popular era porque su papel en la banca de inversión –ocupaba la vicepresidencia mundial de JP Morgan– "se parece como un huevo a una castaña" a la Presidencia del Popular. Sin embargo, ha señalado que le argumentaron que la entidad buscaba un perfil de "gran reputación internacional" que pudiera realizar ampliaciones de capital en caso de necesitarse o vender el banco (en esto sí coincide su versión con la de Ron, que ha asegurado que el único objetivo de Saracho fue, desde el principio, vender la entidad o acudir a una ampliación de capital, incluso aunque eso supusiera hundir el valor de la acción.

En este sentido, Saracho ha advertido de que la elección de alguien de su perfil era como colocar "un lazo rojo con un 'Se vende'"."Nadie creerá que no voy a venderlo, porque es inevitable. Va con el traje", ha dicho que transmitió, pese a que le dijeron que estaban "abiertos" a cualquier opción.

Las reuniones con Ron:asimismo, ha dicho que llegó a reunirse con Ángel Ron antes de recibir formalmente el ofrecimiento, a petición propia, y que durante esa conversación le llegó a preguntar si aceptando la Presidencia podría acabar metiéndole en la cárcel.

Ron aseguró que no compartía la sustitución y que consideraba "desestabilizador" tal operación. "El consejo estaba en guerra abierta", ha dicho Saracho, que ha llegado a comparar a su predecesor con un "un muñeco" al que le habían "pegado más palos que a nadie". "¿Cuántos palos se le pueden pegar a un muñeco antes de que ya proteste? Pues a este muñeco se le habían pegado más palos que a nadie que yo conozco", ha dicho.

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