Pedro Sánchez prepara la enésima subida de otro impuesto. El Gobierno está estudiando subir la tasa a los depósitos bancarios, según ha publicado El Economista. Fue Cristóbal Montoro el que aprobó este impuesto del 0,03% en 2014, y ahora, el líder socialista lo va a elevar. Uno de los principales objetivos del impuesto a los depósitos de Montoro era evitar que el resto de autonomías creara el suyo propio.
Para llevar a cabo esta idea, Sánchez lo tiene fácil porque no requiere negociar una nueva Ley. Aunque el impuesto se aplica sobre las entidades financieras, es probable que al final sean los clientes los que acaben asumiendo el coste de la medida, ya sea por la vía de las comisiones o por un encarecimiento del crédito.
Sin embargo, elevar la fiscalidad de los depósitos no es el único plan que tiene Sánchez para la banca. Tal y como presentó el PSOE en su programa antes de llegar al Gobierno, los socialistas se habían propuesto crear un nuevo impuesto a los bancos que a su vez se dividiría en dos. El primero gravaría directamente a las entidades y el otro, a las transacciones financieras. Según sus cálculos, ambos reportarían a las arcas del Estado unos 2.000 millones de euros al año.
La propia ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha confirmado que el Ejecutivo está "trabajando" en lo que ha calificado como "novedoso" tributo. Montero asegura que irá dirigido a financiar a la Seguridad Social y dice que la banca "tiene margen" para poder pagarlo. Sin embargo, la banca ya se ha mostrado abiertamente en contra. El principal problema al que se enfrentará el PSOE para llevarlo a cabo es que crear un tributo específico para la banca necesitaría de una mayoría parlamentaria.
Sobre este asunto también ha hablado este lunes la ministra de Trabajo, Magdalena Valerio. La ministra asegura que está "convencida" de que los bancos serán "solidarios" con el sistema público de pensiones y no repercutirán el impuesto a los ciudadanos