El Banco de España viene de publicar un interesante informe sobre la evolución de la desigualdad en España. La publicación, enmarcada en la serie de documentos ocasionales que elabora el servicio de estudios de la entidad, viene firmada por una decena de investigadores: Brindusa Anghel, Henrique Basso, Olympia Bover, José María Casado, Laura Hospido, Mario Izquierdo, Iván A. Kataryniuk, Aitor Lacuesta, José Manuel Montero y Elena Vozmediano.
Según el informe, la desigualdad de la riqueza se incrementó durante el período recesivo, debido al mejor comportamiento de los activos financieros en comparación con los activos reales. Sin embargo, el estudio también advierte un cambio a mejor a raíz de la recuperación, de modo que parte de la inequidad ligada a la crisis estaría ya en vías de reversión.
Pero, al margen de lo ocurrido en los últimos años, el informe del Banco de España viene a desmentir la visión pesimista y hasta alarmista con la que políticos y analistas vienen hablando de esta cuestión desde el estallido de la crisis. Y es que, como apunta este organismo, "el grado de desigualdad de la riqueza que presenta España es moderado en comparación al de otros países". Esto es así porque "la tenencia de activos reales es relativamente más generalizada", es decir, porque España es un país de propietarios en el que millones de personas tienen vivienda en propiedad.
Así, tras analizar la riqueza neta en diecisiete países europeos, los autores del informe concluyen que España figura entre los cinco con un menor grado de inequidad patrimonial.
El resultado más bajo es el que se anotan Eslovaquia y Malta, seguidos de Eslovenia y Portugal. España aparece a continuación, situándose por tanto entre los países con una menor desigualdad de riqueza. Por encima de los niveles registrados en nuestro país aparece un grupo de naciones que obtiene un resultado medio en la medición realizada por el Banco de España. En esa situación nos topamos con Bélgica, Grecia, Portugal, Italia, Luxemburgo, Francia y Letonia.
Mucho más altos son los niveles de desigualdad de riqueza que se dan en Austria, Países Bajos, Finlandia, Dinamarca e Irlanda. Estos cinco países aparecen en las posiciones superiores de la tabla, señal de que la concentración patrimonial es mucho más alta en estas jurisdicciones.