El Gobierno de Pedro Sánchez ha confirmado una subida de impuestos a los productos que dañan el medioambiente. Esta "fiscalidad medioambiental", como la ha llamado la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, provocará un aumento del precio del gasóleo para igualarlo con el de la gasolina. Según el Ejecutivo, con esta medida esperan recaudar unos 600 millones de euros extra debido a que el precio del litro de diésel subirá entre 9,55 céntimos. Es decir, por cada 50 litros de gasóleo, la subida será de unos 5 euros.
Si un coche diésel recorre al año unos 15.000 kilómetros, teniendo en cuenta el gasto de 5 litros por cada 100 kilómetros gastaríamos unos 750 litros anuales. Esto supone que, al año, repostar nos saldría unos 75 euros más caro. Actualmente, el gasto medio en diésel es de 975 euros anuales, así que, después de la subida impositiva el gasto ascenderá a los 1.050 euros.
Esta elevación tributaria ha venido provocada desde Bruselas. La Unión Europea instó a España a elevar los tributos de los combustibles fósiles y el Ejecutivo presentó una propuesta para elevar hasta un 28,6% el precio del gasóleo. Además, también se hizo alusión a una posible subida del impuesto de circulación para los coches que no fuesen eléctricos o híbridos.
Los impuestos sobre el litro de diésel y de gasolina suponen la mitad de su precio real. En el caso del gasóleo, el 47,75% de su precio son impuestos. Además del IVA, se paga el Impuesto Especial de Hidrocarburos, el Tipo Estatal Especial y el Tipo Autonómico, que anteriormente era el conocido como céntimo sanitario. Esto se traduce en que, el precio real es de 0,636 euros por litro, pero lo que el consumidor paga es 1,217 euros por litro, prácticamente el doble. En el caso de la gasolina, el 52,46% del precio son impuestos.
En el resto de los países europeos, salvo alguna excepción, la tónica general es gravar altamente los combustibles fósiles. A pesar de ello, en Hungría, Luxemburgo, Polonia, Lituania y otros seis países más es más barato echar diésel que en España.
¿Qué pasa en el resto del mundo?
En el caso de los Estados Unidos, llenar el motor de un coche diésel cuesta, en algunos casos la mitad que los países europeos. El 25 de junio de 2018, el precio del litro era de 0,84 centavos de dólar, mientras que en marzo se llegó a los 0,77 céntimos. En China, el precio del diésel es similar al norteamericano, 0,88 céntimos de euro por cada litro. En Japón también es más barato que en la Unión Europea: 1,14 dólares por litro. De los diez países con el precio del gasóleo más caro del mundo, ocho son europeos. Únicamente, Hong Kong e Israel aparecen en este top ten. En el caso de España, se encuentra en la zona cara de la tabla, como sucede con todos los países europeos.