Donald Trump llegó a la Casa Blanca en enero de 2017, cuando la tasa de desempleo se situaba en el entorno del 5%. Desde entonces, este indicador ha mantenido una tendencia descendente, hasta situarse el pasado mes de mayo en un 3,8%. Pero estas estadísticas macro no nos dicen nada sobre la evolución del empleo público, cuyo recorte era un compromiso central de la campaña que llevó a la presidencia al magnate inmobiliario.
Casi un año y medio después de su toma de posesión, Trump ha reducido el tamaño de la plantilla de empleados públicos en casi 24.000 personas. Así lo confirman los datos de la Oficina de Empleo, que divulga cada mes las estadísticas oficiales del mercado laboral estadounidense. En mayo, último mes para el que se ha publicado el correspondiente informe, el número de trabajadores federales se redujo en 3.000 personas.
En total, el número de funcionarios y trabajadores dependientes de Washington DC asciende a 2.786.000 personas. En diciembre de 2016, el último mes de la Era Obama, esta cifra ascendía a 2.810.000 asalariados. Por tanto, se ha registrado un descenso de 24.000 empleados públicos en la esfera federal.
Sin embargo, esta evolución no se ha reproducido a nivel estatal y local. Dichas capas suman alrededor de 20 millones de trabajadores, de los cuales 14,4 millones están ocupados en los Ayuntamientos y 5,1 millones cobran su nómina de los distintos Estados de la Unión. Por tanto, aunque Trump está reduciendo el número de trabajadores dependientes de la Administración central, los leves aumentos que se están dando en las demás instancias del sector público implican que, en términos netos, el número de empleados dependientes del Estado se está manteniendo más o menos constante.
Resulta llamativo comprobar que tanto George W. Bush como Barack Obama mantuvieron más o menos contantes los niveles de contratación del Ejecutivo federal. Esto significa que, desde 2000 hasta 2016, el tamaño de la plantilla de trabajadores públicos ligados a Washington DC se mantuvo estable, oscilando entre 2,7 y 2,8 millones de personas.
Por otro lado, la Casa Blanca viene de anunciar que su plan presupuestario para 2019 incluye una congelación de los salarios de los trabajadores del Gobierno federal, así como el giro hacia un sistema de pago por rendimientos en el que los funcionarios más eficientes serán recompensados, pero los menos ágiles verán estancada su compensación.