¿Cómo distribuyen su tiempo los españoles? Un estudio de Eurostat muestra que dedican algo menos de nueve horas a dormir, cinco horas al día a actividades de ocio, tres al cuidado del hogar y la familia, algo menos de tiempo a trabajar, dos horas a comer y menos de una hora a estudiar.
Se trata de una encuesta sobre una población mayor de 10 años, por lo que las dos horas y media en el trabajo es el promedio que incluye a ocupados, estudiantes, desempleados, jubilados y otra población no activa, razón por la que menos de la mitad de las respuestas -un 41%- proviene de personas que están trabajando. Por eso mismo, hay que tener en cuenta que únicamente un 4% de los encuestados realiza estudios. Por ello, en realidad, las dos horas y media dedicadas a trabajar y algo menos de una a estudiar se correspondería con el tiempo que pasa un español desde que tiene 10 años a lo largo de su vida.
¿Ese tiempo es similar o no al del resto de europeos? En lo que respecta a dormir, el tiempo es similar al del resto de europeos, categoría que lideran y cierran rumanos y noruegos, con nueve horas y algo más de ocho, respectivamente.
En cuanto al trabajo, y si se considera únicamente los ocupados, los españoles se sitúan en la media, con una jornada laboral de 7,5 horas, media hora menos que estones, pero media hora más que franceses y serbios.
En la actividad en la que sí pasan más tiempo relativo es en la de comer, únicamente por detrás de franceses y griegos. Si acudiéramos a los tópicos, por tanto, la respuesta es sí: los españoles dedican más tiempo a comer que el resto de europeos.
El caso contrario se produce en el tiempo destinado a estudiar, donde los españoles se encuentran en la parte baja de la tabla, con la particularidad de que cuando se trata de estudios no obligatorios -es decir, ni formación universitaria ni previa ni tampoco deberes- son lo que más tiempo invierten en Europa.
En cuanto a las tareas del hogar y el cuidado de niños o familiares mayores, los españoles están en la media, aunque en el detalle de tareas sí hay extremos: son los europeos que dedican más tiempo al cuidado de niños y mayores, mientras que, por el contrario, pasan menos tiempo en la cocina -lo que puede sorprender si se tiene en cuenta que España es el cuarto país europeo por estrellas Michelín, aunque es el octavo si se mide per cápita-. Igualmente, los españoles dedican muy poca jornada del día tanto a las tareas de bricolaje como al jardín, lo cual tiene su lógica, ya que en España sólo una de cada tres viviendas es un pareado o chalet -la tasa más baja en Europa, frente al 93% de Irlanda o el 84% de Reino Unido-.
Por último, el tiempo que queda para el ocio es menor que la media europea, muy por detrás de los países nórdicos o de los alemanes, curiosamente, y muy por encima de los rumanos.
En el detalle por actividad de ocio y recurriendo de nuevo a los tópicos, hay uno que no se cumple: al español le gusta aprovechar su tiempo libre, no tumbarse sin hacer nada. De hecho, tan sólo noruegos y luxemburgueses destinan menos tiempo a descansar, mientras que no hay europeo que le dedique más tiempo a caminar, debido, posiblemente, a la favorable climatología que posee España.
Pero también existe algún otro tópico que se confirma, como que se lee poco, muy por detrás de los países nórdicos o de Alemania. Tan sólo griegos, rumanos y turcos están por detrás de los españoles en esta materia.
Diferencias entre hombres y mujeres
Otro aspecto interesante del estudio de Eurostat es la diferencia de hábitos por género. El hombre pasa más tiempo en el trabajo que la mujer -y, proporcionalmente, hay una mayor diferencia de género en el resto de Europa que en España- y menos en las tareas del hogar -en este caso, la diferencia es mayor entre los españoles-.
En definitiva, en el entorno europeo, los españoles dedican más tiempo a comer y a dormir, lo que deja menos tiempo libre para actividades relacionadas con el ocio y con el cuidado personal -una parte de lo que se denomina como "resto"-.
Más concretamente, existe una mayor afinidad con los países del arco mediterráneo -Portugal no forma parte del estudio-, como son Francia o Italia, lo que podría indicar que el factor geográfico define de alguna forma los hábitos de vida de los europeos.