La guerra a los coches diésel que han emprendido los países europeos con el objetivo de proteger el medio ambiente amenaza con poner contra las cuerdas el futuro del sector del automóvil. "Estamos demonizando a los vehículos diésel y son excelentes en comparación con lo que eran hace cinco años. Los diésel que vienen no tienen esos niveles de emisiones, pero a ningún Gobierno le interesa hablar de esto", aseguró ayer jueves el presidente del fabricante de componentes para automóviles Gestamp, Francisco Riberas.
El también presidente del Instituto de Empresa Familiar hizo esta apreciación en el seminario que organiza la Universidad Menéndez Pelayo (UIMP) esta semana bajo el título La economía ante el blockchain.Riberas cree que la industria todavía no está preparada para dar el salto definitivo hacia el vehículo eléctrico porque, aunque "tiene ventajas", el principal inconveniente es que "tenemos que ver de dónde vamos a sacar esa energía para cargar nuestros vehículos porque, por ejemplo, en China la obtienen quemando carbón", una alternativa contaminante a la que habría que sumarle la dificultad "del reciclaje de las baterías".
Por ello, para 2025, "sólo el 15% de los vehículos que se producirán serán eléctricos puros", avanzó. De hecho, será este año cuando superen la barrera del millón de vehículos. Bien es cierto que "el diésel va cayendo, pero se van a producir más o menos los mismos de los que hay ahora. Se van a seguir vendiendo coches de combustión", declaró Riberas. El directivo cree que la evolución del coche eléctrico "va a ser lenta" porque "es una industria muy pesada" y hasta que no "pasemos unos niveles de masa crítica, no será más rápida".
Cuando llegue el momento, "la industria va a estar forzada a pasar a un modelo mucho más eléctrico" porque el diésel y el eléctrico "no son el mismo coche", ha remarcado Riberas, quien también ha reconocido que serán más económicos que los coches de combustión.
La fiebre por Tesla
El presidente de Gestamp ha puesto como ejemplo a Tesla, el rey de este tipo de vehículos, para remarcar las dificultades de su actividad. "Tesla es el ejemplo de que fabricar coches no es sencillo", dijo. La compañía fundada por Elon Musk "agitó bastante el mundo de la automoción, pero además de ideas innovadoras, tienen que saber que hay que producir mucho" para ser rentables.
En este sentido, Riberas quiso poner en valor el negocio de las compañías tradicionales porque mientras que Tesla "no fabrica más de 30.000 ó 40.000, Volkswagen fabrica 43.000 al día". El directivo también lamentó que "los mercados valoren más a Tesla, que todavía no ha conseguido obtener beneficios, que a Ford".
La fiebre por Tesla es tal, "que el año pasado pasado despidieron al presidente de Ford", recordó, precisamente debido a que la compañía de Musk le había adelantando el bolsa. La capitalización alcanzó el pasado mes de abril los 47.800 millones, superando a los 44.300 millones de Ford.
Preguntado por el interés de las grandes tecnológicas en el sector del automóvil a través del coche autónomo, Riberas explicó que "no tiene sentido" que Google o Apple entren en el negocio, a no ser que compren una compañía ya consolidada porque "hacer toda una curva de aprendizaje, como le está pasando a Tesla, es muy difícil".