Matteo Salvini, líder de la Liga Norte y ministro de Interior de la República de Italia, se ha convertido en noticia de portada en España. Su decisión de rechazar la llegada de un barco de SOS Mediterráneo en el que viajan 600 inmigrantes a bordo ha invitado al gobierno socialista de Pedro Sánchez a ofrecer el puerto de Valencia como nuevo destino para el buque. Aunque Malta también declinó la llegada de la nave, la negativa de Italia ha tenido mucha más trascendencia política y mediática, sobre todo a raíz de las declaraciones de Matteo Salvini, que no dudó en cantar "victoria" al conocer la propuesta de Sánchez.
¿Por qué Salvini mantiene un discurso inflexible contra la inmigración irregular? El dirigente de la Liga Norte, ahora ministro de Interior tras el pacto de su partido con el Movimiento 5 Estrellas, se ha apoyado en datos de la ONU para denunciar la "avalancha" de llegadas de inmigrantes ilegales que está viviendo su país.
Los datos a los que alude Salvini son las estadísticas recogidas por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados. Según dicha instancia, el año 2014 marca un punto de inflexión, con la entrada irregular por mar de 170.100 extranjeros. Un año después, en 2015, la cifra se redujo levemente, hasta las 153.842.
En 2016 se registra la cifra más alta de llegadas irregulares de los últimos años: 181.436 personas llegaron a las costas italianas por esta vía. El pasado año, 2017, se cerró con números más bajos, pero igualmente hablamos de cifras significativas, puesto que hubo 119.369 personas que entraron en Italia de esta forma.
2018, a la baja
En lo que va de 2018, los números han sido más bajos, en línea con la caída que ya venía observándose en los últimos meses de 2017. Así, de enero a mayo se estima que hubo 13.521 llegadas irregulares, de modo que el nuevo gobierno de coalición entre el Movimiento 5 Estrellas y la Liga Norte ha asumido el poder coincidiendo con una cierta relajación de la entrada de ilegales por alta mar.
Coincidiendo con los momentos de mayor agitación geopolítica en África del Norte y Medio Oriente, observados en 2014 y 2016, las costas italianas han llegado a recibir a más de 26.000 irregulares en un solo mes. "La solidaridad de países como Alemania son solo palabras, nunca son hechos. Aquí no hay casa ni trabajo para los italianos, ¡cómo la va a haber para media África! Sicilia no puede ser el campo de refugiados de Europa", afirmó hace algunos días Salvini.
Los desembarcos que tanta oposición despiertan entre los votantes de la Liga Norte suman ya 630.000 personas en cuatro años. Buena parte de ellos está en situación irregular. Solo en 2017, la Fundación ISUM estimó que hay 419.000 personas en esta situación, el 8% de la población extranjera. El documento que sirve como base para el pacto de gobierno del Movimiento 5 Estrellas y la Liga Norte eleva esta cifra a los 500.000 ilegales, que pasan ahora a ser considerados objeto de expulsión.
Aunque las ordenes de expulsión aminoran el número de extranjeros sin papeles que residen en el país transalpino, hablamos de cifras de deportaciones muy inferiores al número de llegadas. Así, Eurostat apunta que en 2017 hubo cerca de 7.000 deportaciones, frente a las 119.369 personas que llegaron irregularmente a las costas del país durante el mismo ejercicio. En este sentido, conviene apuntar que solo se han suscrito acuerdos de repatriación con un grupo reducido de países entre los que se encuentran Túnez, Egipto o Marruecos, lo que complica el proceso sobremanera.
El ministerio de Economía ha publicado una estimación del coste que tiene todo esto para los contribuyentes transalpinos. Según un informe anterior a la llegada del nuevo gobierno, los presupuestos soportan una carga de 4.000 millones de euros como consecuencia de las distintas partidas de seguridad y de atención que se despliegan para hacer frente a esta situación. Salvini ya ha apuntado que prepara "un bonito recorte a los 5.000 millones que están previstos para las políticas de acogida".