La década de los 80 en España es una de las más trágicas en las carreteras. La cifra de muertos alcanzó su máximo histórico. Conducir era altamente peligroso. El ascenso de la clase media española a partir del 1960 aumentó la circulación y el número de conductores. Las ciudades se motorizan y, como consecuencia, comienzan los primeros siniestros mortales en carretera.
En 1968, dos millones de conductores transitaban por las vías urbanas e interurbanas de las principales provincias españolas. Según la Dirección General de Tráfico (DGT), 2.868 personas perdieron la vida ese año. Ya en nuestro siglo, en el año 2017, con 32 millones de vehículos en circulación y 26,4 millones de conductores al volante, el número de siniestros con víctimas mortales fue de 1.160 personas. Es decir, la cifra de muertos se redujo con 30 millones de coches más que en la década de los 60.
Sin embargo, al contrario de lo que se piensa, las causas de estos datos tan positivos para nuestra seguridad van más allá de las políticas restrictivas y de sanciones impuestas por el Gobierno de la mano de la DGT a lo largo de los últimos 40 años.
Las carreteras son más seguras, las ambulancias llegan antes y consiguen salvar la vida en el momento gracias a los avances tecnológicos y médicos, incrementando así la posibilidad de sobrevivir a una tragedia. Pero, además, hay un punto de inflexión que marca un antes y un después en el número de heridos y víctimas de tráfico. El desarrollo tecnológico de las marcas multinacionales como Renault, Fiat, Volvo, BMW, Seat o Ford, que se empeñaron en conseguir mejorar la seguridad de conductor y pasajeros. Sus inversiones han tenido un objetivo que es casi de película: conseguir que el viaje sea seguro al 100% a pesar de que el coche sea embestido por un camión o de 5 vueltas de campanas. ¿Imposible?
"Un coche en el que nunca te pasará nada"
La historia del fabricante de vehículos Volvo ha estado marcada por sus adelantos en materia de seguridad. El cinturón de seguridad a tres cierres es cosa de estos pioneros suecos. Ahora, el sueño de varias generaciones de empresarios se ha cumplido. Su nombre es XC60 y ha sido premiado como el coche más seguro del mundo. El nuevo SUV premium de tamaño medio de Volvo es el North American Utility of the Year de 2018 y el segundo vehículo de Volvo Cars que consigue el ansiado galardón tras la victoria del XC90 en 2016.
Ha superado todas las pruebas a las que ha sido sometido, arrojando un 98% de seguridad para los conductores adultos y pasajeros. Choques frontales a una velocidad de más de 120km/h, vueltas de 360 grados, violentas colisiones laterales que dejan el coche en siniestro total. Volvo lo ha intentado todo para comprobar que el XC60 está preparado para enfrentarse a los malos de Mad Max y salir sin un rasguño.
Su revolucionario sistema City Safety trae un nuevo sistema de seguridad llamado "atenuación de colisiones con vehículos del carril contrario". De este modo, se ayuda a mitigar las colisiones frontales y el sistema de información de puntos ciegos (BLIS) reduce el riesgo de colisiones por cambio de carril.
"Nuestra visión de futuro es que en 2020 ninguna persona muera ni resulte herida en carretera. El Volvo que acabamos de lanzar de última generación conseguirá el 100% de protección. Ahora nos faltan sólo dos décimas para lograrlo", según Malin Ekholm, vicepresidenta del Centro de Seguridad de Volvo.
Esta joya futurista se expone en el Salón del Vehículo de Ocasión en la Feria de Madrid hasta el 10 de junio. Su precio ronda los 35.000 euros. El director comercial del concesionario SafAuto, Jimmy Alvarado, acostumbrado a vender vehículos de esta gama, afirma "que es uno de los coches más buscados en Volvo. Te garantiza tu vida y eso es todo". Además, vaticina "que en unos años se reducirá aún más el número de siniestros en las carreteras hasta que, finalmente, dejen de existir los accidentes mortales", afirma el vendedor.