El Gobierno del nuevo presidente italiano, Giuseppe Conte, apoyado por la Liga y los antisistema del Movimiento 5 Estrellas, presentó el martes ante el Parlamento su programa, obteniendo el apoyo de 171 votos, 117 en contra y 25 abstenciones, mientras que la mayoría era de 161. Conte, profesor de Derecho, defendió en su discurso que su Gobierno representa una "temporada nueva, una señal de transparencia y claridad con los electores" y "un viento nuevo que sopla en el país" y que está caracterizado por el "ocaso" de "los sistemas ideológicos perfectamente identificables".
Ante las criticas de que su Gobierno es populista o antisistema, afirmó que "si el populismo es escuchar las necesidades de la gente" y "antisistema es introducir un nuevo sistema que remueva viejos privilegios", entonces se merece "estas calificaciones". "No creo que se trate de una simple novedad, la novedad es que hemos comenzado un cambio radical del que estamos orgullosos", agregó y dijo que su Gobierno "no puede ser calificado ni de derechas, ni de izquierdas".
Después Conte enumeró los puntos del programa de Gobierno entre los que destacan un salario mínimo a la hora, la renta de ciudadanía a las personas sin empleo, la lucha contra la corrupción y la inmigración. Garantizó la introducción del llamado flat tax, ya que "la presión fiscal del país, unida al exceso de burocracia inciden negativamente en la relación con los contribuyentes y sobre la competitividad del país", y aseguró que ayudará a evitar la "evasión fiscal".
Explicó que se reforzarán las oficinas de empleo y que se ayudará a los jubilados para que tengan una pensión digna, y se comprometió a eliminar las listas de espera en la Sanidad. Uno de los temas en los que más profundizó fue la lucha contra la corrupción, con la introducción de las "inhabilitaciones" y la figura de agentes de policía infiltrados para investigar los casos. En política internacional, reiteró que Italia, aunque es miembro de la OTAN y Estados Unidos es un "socio privilegiado", promoverá "una apertura a Rusia" y "la revisión del sistema de sanciones, sobre todo las que afectan a la sociedad civil".
El problema, sin embargo, es que el aumento del gasto público y la posible rebaja de impuestos corre el riesgo de traducirse en un sustancial incremento del déficit, superior incluso a los 100.000 millones de euros. Este riesgo, sumado al marcado perfil euroescéptico del Movimiento 5 Estrellas y la Liga, está generando una gran incertidumbre entre los inversores.
Y no es de extrañar si se tiene en cuenta el tamaño de Italia en comparación con Grecia, la espita que hizo estallar la crisis de deuda en el seno de la zona euro en 2010. Así, tal y como refleja el siguiente gráfico, el tamaño de la banca italiana multiplica por 13 la de Grecia, la deuda pública es siete veces superior, mientras que el PIB de Italia multiplica por 10 el tamaño de Grecia.