Fátima Báñez ha sido la artífice de las dos grandes reformas estructurales que ha aprobado el Gobierno de Mariano Rajoy: la reforma laboral de 2012 y la reforma de las pensiones de 2013. El segundo de estos grandes cambios normativos ha quedado en suspenso tras la concesión que hizo el PP al PNV con el fin de sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado para 2018, pero el primero sigue vigente y sus resultados evidencian el acierto de su puesta en marcha.
La famosa reforma laboral generó una enorme polémica y multitud de críticas por parte de los partidos de izquierda y los sindicatos, ya que, entre otras novedades importantes, abarataba el coste del despido y facilitaba que las empresas en dificultades se descolgaran de los rígidos convenios colectivos, priorizando así los convenios de empresa para, de este modo, adaptar las condiciones laborales a la situación específica de cada compañía. Sus detractores no dudaron en anunciar desde el primer momento que este cambio cosecharía un rotundo fracaso, pero la realidad fue justo la contraria.
El mercado laboral español, uno de los más rígidos e intervenidos del mundo desarrollado, se flexibilizó mínimamente y, como resultado, Báñez puede presumir de haber alcanzado cinco récords históricos en materia laboral al frente de un Ministerio que, ahora, pasa a manos del PSOE.
1. Creación de empleo
Lo primero que cabe señalar al respecto es que el PP deja el poder con el empleo creciendo a ritmo récord. La Seguridad Social sumó 237.207 afiliados en mayo, su mejor dato en este mes de toda la serie histórica, exceptuando 2005, cuando se procedió a la regularización masiva de inmigrantes. De este modo, la economía nacional ha creado algo más de 570.000 nuevos empleos en el último año, un 3,1% más, situándose a la cabeza de la UE en cuanto a generación de puestos de trabajo.
Lo más relevante, sin embargo, no es tanto el dato de un mes concreto como la tendencia del mercado laboral. España cuenta hoy con más de 18,9 millones de afiliados, su nivel máximo desde 2008, lo que supone 1,7 millones más que a cierre de 2011, cuando el PP llegó al Gobierno. La crisis se llevó por delante 3,3 millones de cotizantes, pero el crecimiento de los últimos años ha permitido crear más de 2,7 millones de empleos, con lo que ya se ha recuperado el 82% de la ocupación perdida. Por otro lado, la Seguridad Social también contabiliza 8.773.053 mujeres afiliadas, el mayor nivel de la historia.
Como consecuencia, el paro ha caído hasta los 3,2 millones de personas, su nivel más bajo desde 2008, lo que supone 1,17 millones menos que a cierre de 2011 (-26%) y 1,8 millones menos que en el peor momento de la crisis, a principios de 2013.
2. Contratos indefinidos
Igualmente, Báñez deja su cartera registrando un nuevo récord en cuanto a contratación indefinida. El pasado mayo se registraron 200.078 contratos fijos, el 9,7% del total y la cifra más alta en este mes dentro de la serie histórica, tras aumentar un 19,6% interanual.
Por un lado, la contratación indefinida encadena ya 52 meses de crecimiento ininterrumpido a nivel interanual, lo cual es algo inédito -el anterior récord fueron 28 meses (abril 2005-julio 2007)-. Tanto es así que España ha recuperado todo el empleo fijo destruido durante la crisis, frente al 40% del temporal, según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA). Curiosamente, hoy hay más asalariados con contrato indefinido que antes de la crisis y menos temporales.
Asimismo, el 96,5% del empleo recuperado ha sido a tiempo completo (+1.855.400 sobre 1.923.600), mientras que tan sólo el 3,5% ha sido a tiempo parcial (+68.200).
3. Todo el crecimiento se traduce en empleo
Otro de los hitos que deja en herencia Báñez es que todo el crecimiento del PIB se traduce en creación de empleo. La afiliación a la Seguridad Social evoluciona de forma similar al avance del PIB, lo cual no sucedía antes de la reforma laboral. Previamente, España tenía que crecer a un ritmo superior al 2% interanual para empezar a generar puestos de trabajo, mientras que en este ciclo la recuperación laboral comenzó con el repunte de la economía.
4. Creación de empleo fijo y juvenil
Otro de los cambios estructurales desconocidos hasta la fecha tiene que ver con el momento en el que se empieza a crear empleo fijo y juvenil. Antes, la economía nacional necesitaba que el crecimiento del PIB se consolidara para empezar a generar contratos indefinidos, a diferencia de lo que sucede en la actualidad.
En la salida de la crisis de 1993, por ejemplo, tuvieron que pasar hasta seis trimestres para que se dieran incrementos en la contratación indefinida. Sin embargo, hoy, por primera vez, se inicia una recuperación con aumento de empleo fijo. Y algo similar sucede con el empleo juvenil. En la crisis del 93, tuvieron que pasar dos años para que se generara trabajo entre los jóvenes, mientras que ahora crece más del doble que la media nacional (6,8% versus 3,1% en mayo).
5. Brecha salarial
Por último, España es el país de la UE que más ha reducido la denominada brecha salarial de género (diferencia de sueldo medio por hora entre hombres y mujeres) debido a la creación de empleo, especialmente entre las féminas.
Igualmente, la buena marcha del mercado de trabajo también está logrando reducir el riesgo de pobreza y la desigualdad. De 2008 a 2011, el 44,5% de los europeos que entraba en riesgo de pobreza lo hacía en España por culpa del histórico aumento del paro, mientras que ahora, según Eurostat, el 73% de los europeos que abandona esta situación de riesgo lo hace en España (3 de cada 4).
Y en cuanto a la desigualdad, el índice Gini -que mide la desigualdad de rentas- se deterioró 2,6 puntos durante la crisis como consecuencia del paro -el 80% del incremento de la desigualdad se produce entre 2007 y 2011-. Sin embargo, la recuperación económica y laboral ha posibilitado un cambio de tendencia, ya que este índice cayó en 2015 y 2016
En definitiva, Báñez abandona el cargo con el empleo encauzado de regreso a los niveles precrisis, tras recuperar más del 80% del trabajo perdido durante la recesión -incluyendo todos los contratos fijos-, y una serie de cambios estructurales que han mejorado de forma sustancial el mercado laboral, a diferencia de lo que acontecía antes de su famosa reforma.