La Revolución Industrial marcó un antes y un después en la situación mundial. Se aceleraron los procesos de producción, se expandió el comercio, comenzaron los años de la libre empresa y, en definitiva, se instauró -aunque no en todos los países ni mucho menos- el sistema capitalista.
Han pasado casi 200 años desde 1820 -década en la que concluyó la Primera Revolución Industrial-. Durante todo este tiempo, la población mundial ha cambiado notablemente su nivel de vida. Por eso, hay seis gráficos que reflejan y muestran que la época en la que vivimos es mucho mejor que la de hace 200, 100 e incluso 50 años.
Pobreza
En 1820, solo el 6% de toda la población mundial vivía fuera de la pobreza. Es decir, 94 de cada 100 personas vivían en condiciones de extrema miseria. Los últimos datos del año 2015 muestran que solo el 10% de toda la población mundial está sumergida en la pobreza extrema. Pero es todavía más curioso el hecho de que, desde 1990 a 2015, unos 1.250 millones de personas han conseguido salir de estas pésimas condiciones de vida para alcanzar un mejor nivel. Nada más terminar la Segunda Guerra Mundial, solo tres cuartas partes de la población global no estaba en situación de pobreza. En 1981, el 44% de los habitantes del planeta todavía estaba sumergida en esta situación. Sin embargo,hoy apenas es el 10% y bajando...
Alfabetismo
A principios del siglo XIX, solo el 12% de la población mayor de 15 años sabían leer y escribir. En 2014, el 85% de los habitantes era capaz de leer y escribir. Es decir, si hubiéramos nacido en 1800 encontraríamos una sociedad en la que solo 1 de cada 10 personas podía escribir y leer. El planeta, a día de hoy, alberga a 4.600 millones de personas mayores de 15 años capaces de leer y escribir, mientras que hace 200 años, esto solo lo podían hacer 100 millones de personas. La cultura era para la élite.
Esto tiene su correspondencia con el acceso a la educación básica. Hace 200 años, solo el 17% de las personas pudo tener acceso algún tipo de formación básica. En 2015, el 86% de toda la población mundial había pasado por las aulas de los colegios.
Libertad y democracia
A mayor educación y cultura, mayor es la exigencia de libertad individual. En 1821, solo el 0,95% de los sistemas políticos mundiales se podía considerar democrático. El 45% de los países vivía en regímenes autocráticos cerrados al comercio, en el que se consumía lo que se producía a nivel interno y no existía libertad para elegir a los gobernantes. El otro 37% eran colonias.
En 2015, el 57% de los sistemas políticos eran democracias, el mejor registro de la historia, mientras que el 23% seguían siendo autocracias y un 17% anocracias -sistemas inestables con rasgos democráticos y autoritarios-. En cuanto a las colonias, no había ningún estado en esta situación.
Salud
La expansión del conocimiento y las revoluciones tecnológicas hacen que nuestra salud también sea mejor. Durante todo el siglo XIX, no había ningún registro de vacunas, ya que hasta bien entrado el siglo XX la población no tuvo acceso a esta forma de prevenir y curar enfermedades. En 2015, el 86% de todos los habitantes del planeta estaban vacunados.
La mortalidad infantil -fallecimientos de niños menores de cinco años- superaba el 43% en el año 1800. Es decir, cuatro de cada diez bebés y niños fallecían por la falta de recursos médicos y científicos. En 2015, por el contrario, se anotó el mejor registro en cuanto a la mortalidad infantil, con una tasa de mortalidad infantil de apenas el 4,25% a nivel mundial
Todo esto también se nota en la esperanza de vida. Entre 1910 y 2009, los españoles hemos ganado 40 años de vida por persona. A comienzos del siglo XX, las mujeres españolas tenían una esperanza de vida de 42 años, mientras que en 2009 llegó a los 84. En el caso de los varones, la edad media para fallecer era de 39,6 años, mientras que en 2008 superó los 78 años.