Mientras el Congreso de los Diputados votaba el viernes 1 de junio la moción de censura al Gobierno de Rajoy, en la misma ciudad se celebró un debate sobre un asunto que no ocupó ni una frase en los discursos de Pedro Sánchez, de Mariano Rajoy y de los diferentes diputados: el suicidio demográfico de Occidente y España.
Los ponentes reunidos en la Fundación Areces fueron Alejandro Macarrón Larumbe, director de la Fundación Renacimiento Demográfico y autor de varios libros sobre la materia; el ex ministro Josep Piqué; y el ex presidente de la Comunidad de Madrid Joaquín Leguina.
Las primeras palabras de la intervención de Macarrón fueron provocadoras. Ante los números que indican un envejecimiento general y una inminente disminución de la población mundial, dijo: "Hay gente que dice que los seres humanos somos tan malos que deberíamos desaparecer. Pues estarán contentos".
En este proceso de extinción voluntaria, España corre en el pelotón de cabeza. Macarrón, cuyo último libro es un best-seller en Amazon, reveló que, de mantenerse la actual tasa de fertilidad femenina en una población decreciente, España habrá perdido la mitad de su población en 2100: de 46 millones a 23 millones.
Asturianos y vascos, camino de desaparecer
En el País Vasco, ni el cupo ni un gobierno controlado desde 1980 por los nacionalistas identitarios (salvo cuatro años) ni la mayor renta per cápita ni las ayudas económicas incitan a los vascos a reproducirse. Según Macarrón, en el País Vaco los nacimientos en 2017 bajaron un 6,5% respecto a 2016. El año pasado fue el de menor número de bebés vascos de madre española de la serie histórica del INE, que empezó en 1941, en la posguerra y con menos de la mitad de vascos que ahora.
Los registros en Asturias son incluso peores, pues es ya la región con menor fecundidad de la Unión Europea, por encima de lugares más pobres como Bulgaria, Grecia, Chipre, Rumanía o Lituania.
Macarrón subrayó que la recuperación de la natalidad al menos hasta la tasa de reemplazo (2’1 hijos por mujer en edad fértil), desde los 1’3 hijos actuales, sólo se puede realizar mediante un "cambio social", que vuelva a apreciar la familia e induzca a las mujeres a tener los hijos antes (en España, la edad del primer parto es de 32 años), en lo que coincidieron Leguina y Piqué.
La eutanasia "no será voluntaria"
Joaquín Leguina explicó que los políticos españoles no se ocupan de la natalidad porque no aparece como una preocupación de los españoles en las encuestas del CIS. ¿Cuándo se empezó a hablar y debatir sobre las pensiones?, se preguntó. "Cuando aparecieron pensionistas en las calles." Por eso, subrayó, es imprescindible que sea la sociedad la que haga ver a los políticos la importancia de este asunto.
Macarrón expuso los inconvenientes de unas sociedades envejecidas. Por ejemplo, desaparecerá la innovación, ya que los innovadores suelen aflorar a edades jóvenes. La productividad decrecerá, al igual que el valor de las viviendas. Aumentará la soledad, las pensiones empeorarán y la eutanasia "no será voluntaria". "La democracia se convertirá en gerontocracia", concluyó el experto.
Piqué añadió el ejemplo de Japón, el país más envejecido del mundo, cuya economía está estancada desde hace casi tres décadas. Los ancianos "tienen una elevadísima propensión al ahorro y baja propensión al gasto". Y se recordó la petición de un ministro a los jubilados de que muriesen pronto para no causarán más gastos médicos a su país.
Sin embargo, el envejecimiento tiene algunas ventajas. Macarrón señaló que es, en su opinión, el factor principal que impide que en Cataluña "no llegue la sangre al río". También puede reducir el paro, salvo que permita una inmigración descontrolada.
Europa perderá poder en el mundo
Josep Piqué, que acaba de publicar un libro sobre política y economía internacionales titulado "El mundo que nos viene", expuso otro enfoque. Dado que la productividad, por la difusión de la tecnología y la formación, es similar en todos los países del mundo, éstos se diferenciarán ahora por su demografía: a mayor población activa y joven, más poder y más influencia. Europa, por tanto, perderá cada vez más influencia, poder y bienestar.
El ex ministro aconsejó a los asistentes que se fijasen en dos potencias emergentes por su número de habitantes: India, que va a superar en unas pocas décadas a China en población, e Indonesia, el mayor país musulmán.
Entre los datos que se dieron y que desmienten muchos tópicos están los siguientes. El ‘baby-boom’ en Estados Unidos empezó en 1938, cuando el país todavía sufría los efectos de la Gran Depresión, no después de la guerra mundial. Y en las naciones europeas del bloque socialista, el desplome de la natalidad comenzó mucho antes de la transición al capitalismo que se vivió a partir de 1989; en Hungría, donde el Gobierno de Orbán aplica una firme política de promoción de la natalidad (estaba presente la embajadora de este país), esa fecha es 1981.
En el coloquio posterior, los asistentes preguntaron sobre el aborto y el efecto de las leyes de ideología de género como elementos que impiden el cambio social reclamado por los tres conferenciantes. Sobre estas últimas, Macarrón contestó que el fondo en cuanto a natalidad se tocó en España en 1998, antes de que Rodríguez Zapatero las aprobase. Pero, en su opinión, "son una pieza más".
Leguina concluyó con una anécdota de un profesor de demografía que conoció en Francia. Para éste, "las casas se caen por la dinamita o por la termita". En las sociedades europeas, la demografía hace la función de la termita.