En 2020, la liberalización ferroviaria será un hecho en España, pero también en Europa. Con la entrada en vigor del IV paquete de liberalización ferroviaria, otras compañías distintas a Renfe podrán operar en España. Por el momento, lo que se conoce es que será el Gobierno el que tendrá que aprobar la entrada en el mercado de nuevas compañías. Los requisitos que se piden a estas empresas privadas no son baladís, ya que no tendrán fácil el acceso. En cuanto al número de operadores que entrarán, se estima que apenas sean 3 ó 4.
A pesar de que el plan comenzará en 2020, por el momento no se conoce qué operadores competirán con Renfe, lo cual dificulta el cumplimiento de los plazos. Lo cierto es que construir un tren supone un proceso de 18 meses, de modo que, hasta que las compañías no sepan si tienen o no los permisos y en qué tipo de vías -cada tren tiene que ser fabricado para un tipo de raíl concreto- no podrán encargar la fabricación de sus vehículos. Por su parte, Renfe prepara una modernización de su flota, cuya inversión se estima es unos 2.000 millones de euros.
Lo que sí señalan diversos analistas es que esta apertura del mercado ayudará a abaratar los precios de los billetes y a atraer más viajeros algo que, desde diversos puntos de España donde no hay buena comunicación ferroviaria, esperan que ayude a ampliar la red.
En el caso gallego, desde hace varios años se empezó a hablar sobre el eje atlántico que conectaría a La Coruña con Oporto. Sin embargo, en la actualidad el trayecto solo cubre la distancia entre la capital gallega y Vigo. Precisamente, es este proyecto -casi desechado por los gobiernos de ambos países- el que está atrayendo a los operadores privados. La única línea en funcionamiento no para de crecer. Así, en 2015, año en el que se inauguró, recibió a 2,7 millones de viajeros, mientras que en 2016 superó los 3,6 millones. Por este motivo, varias empresas que esperan obtener la licencia para operar quieren invertir en el eje atlántico que conectaría Galicia y Portugal mediante trenes de alta velocidad.
De hecho, la empresa Arriva ya ha pedido permiso a la CNMC para poder operar en la línea internacional que funcionaría entre Oporto y La Coruña. Por el momento, el eje atlántico solo se aprovecha en un 20%, en parte porque no están las vías electrificadas. Sin embargo, desde la compañía privada están apremiando a Adif para que termine de electrificar la zona y poder operar -al tratarse de una línea internacional podrían entrar en funcionamiento antes de 2020-.
Por ahora, las compañías privadas que quieren competir con Renfe están comenzando a analizar aquellos puntos geográficos donde puede haber un mayor tráfico de viajeros. Uno de esos puntos parece ser el eje atlántico, en parte porque desde Oporto salen muchos más vuelos internacionales que desde los aeropuertos gallegos.