Tal y como recoge el Instituto BBVA de Pensiones, un estudio de la Universidad de Valencia cuantifica cuánto costaría aplicar el aumento previsto en los Presupuestos Generales del Estado para 2018 en lugar de aplicar el actual Índice de Revalorización (subida del 0,25%).
Las nuevas cuentas, cuya aprobación inicial acaba de obtener el visto bueno del Congreso, recoge las siguientes medidas en materia de pensiones:
- Incremento de un 3% en las pensiones mínimas y en las pensiones no contributivas.
- La cuantía de la pensión de viudedad para mayores de 65 años que acrediten determinada carencia de rentas pasaría del 52% al 56% de la base reguladora. En 2019, experimentaría un incremento adicional, hasta situarse en el 60%.
- Las pensiones inferiores a 700 euros se incrementarían un 1,5%. Las inferiores a 860 euros se incrementarían un 1%.
- El resto de pensiones se revalorizarían un 1,6% en 2018. Como ya se han incrementado un 0,25%, fruto de la aplicación del Índice de Revalorización de las Pensiones (IRP), se aplicaría una subida retroactiva a 1 de enero del 1,35% adicional. Para 2019, por su parte, se aplicaría también una revalorización del 1,6%.
- Y, por último, se retrasa la implementación del Factor de Sostenibilidad de 2019 al 1 de enero de 2023.
Para estimar su coste, el citado informe compara tres estrategias de revalorización posibles:
- Estrategia IRP: todas las pensiones se revalorizan el 0,25%, tanto en 2018 como en 2019.
- Estrategia IPC: todas las pensiones se revalorizan el 1,6%, tanto en 2018 como en 2019.
- Estrategia Presupuestos: las pensiones contributivas aumentan el 1,6% en ambos ejercicios, las de viudedad que cumplen los requisitos aumentan un 7,7% adicional (56%/52%) en 2018 y un 7,1% adicional (60%/56%) en 2019 y las mínimas el 3% en 2018 y el 1,6% en 2019.
El siguiente cuadro recoge el gasto extra estimado en pensiones para 2018 en función de estas tres estrategias:
Mientras que el siguiente refleja esta misma estimación, pero para 2019:
Así pues, la subida que incluyen los Presupuestos supondría unos 5.900 millones de euros extra tan sólo en 2018 y 2019. De este modo, centrándose únicamente en el gasto contributivo, que es el que se sufraga mediante cotizaciones sociales, la factura directa para los cotizantes ascendería a 100 euros este año y otros 200 el próximo, haciendo un total de 300 euros de media por trabajador.
Asimismo, dicho estudio también analiza cuál sería el coste a largo plazo, ya que la subida aplicada en 2018 y 2019 se consolida para el resto de ejercicios, hasta que los beneficiarios causan baja en el sistema. No en vano, no es lo mismo aumentar las prestaciones un 0,25% todos los años que un 1,6% los dos primeros y un 0,25% los siguientes. Así, tal y como explica el economista Juan Ramón Rallo, "si el gasto en pensiones de este año es igual a 100 y lo aumentamos un 0,25% durante cada ejercicio, los desembolsos anuales al cabo de una década serán 102,5", pero, "si, por el contrario, incrementamos el gasto un 1,6% durante los dos primeros años y un 0,25% durante los ocho ejercicios siguientes, los desembolsos anuales al cabo de una década ascenderán a 105,3".
Los expertos de la Universidad de Valencia concluyen que el gasto total de elevar las pensiones un 1,6% en 2018 y 2019, y un 0,25% el resto de los años, hasta 2054, sería de 39.409 millones de euros, un 34% del gasto en pensiones registrado en 2017. Esta es la cuantía que debería desembolsar el Gobierno en 2018 para hacer frente a esta revalorización adicional durante toda la vida esperada de los actuales pensionistas. Dicho de otra forma, en términos aseguradores, sería la prima única que, entregada hoy, permitiría financiar la subida acordada entre PP y PNV en los Presupuestos a largo plazo.