La incertidumbre política en Italia se agrava por momentos. El presidente del país, Sergio Mattarella, vetó el nombramiento de Paolo Savona como ministro de Economía, provocando así la renuncia de Giuseppe Conte como candidato a primer ministro de la coalición Liga-Movimiento 5 Estrellas.
Mattarella justificó su rechazo en que su deber es "proteger los ahorros de los italianos", ya que la elección de Savona amenazaba con desatar una nueva crisis de deuda debido a su marcado euroescepticismo. "No podía aceptar a un ministro que amenace con la salida del euro", indicó Mattarella en rueda de prensa. "He hecho todo lo posible para que naciera un gobierno político, pero no podía aceptar a un ministro de Economía que amenazara la pertenencia de Italia al euro, lo que considero fundamental para el futuro del país", explicó,
"He aceptado a todos los ministros", pero"si tenemos que discutir esto (la salida del euro), lo haremos abiertamente, pero no es un tema que haya sido discutido durante la campaña electoral", argumentó. Esta decisión ha provocado una nueva crisis institucional. El líder del Movimiento 5 Estrellas, Luigi Di Maio, calificó el rechazo presidencial de "inaceptable". También el líder de la Liga, Matteo Salvini, ha expresado su malestar. "Si estamos en un vallado y tenemos cadenas y no podemos poner a un ministro que es bueno para Berlín, no es bueno", argumentó. "Si un ministro no es querido en Berlín, significa que es el ministro adecuado [...]. En Italia deciden los italianos".
Tras la renuncia de Conte, el presidente ha propuesto como candidato a primer ministro a un exalto cargo del Fondo Monetario Internacional, Carlo Cottarelli, un indicio de que podría encargarle la formación de un gobierno de tecnócratas. Cottarelli sería una opción para calmar a las bolsas, pero no podría mantenerse a largo plazo ante el rechazo de la mayoría del Parlamento, que no quiere un gobierno técnico.
¿Quién es Savona?
Savona, de 81 años, fue ministro de Industria a principios de 1990 y ocupó cargos de responsabilidad en el Banco de Italia, pero también ha sido una de las voces más críticas con el euro y la UE."Quiero una Europa diferente, más fuerte, pero más igualitaria", declaró este domingo en un comunicado.
Dijo que entre sus propuestas, que fueron recogidas en el programa de Gobierno de la Liga y el M5S, está "la plena actuación de los objetivos establecidos en 1992 con el Tratado de Maastricht y confirmados en 2007 con el Tratado de Lisboa, encontrando los instrumentos para activar los objetivos que están especificados en el texto". Asimismo, respecto a las preocupaciones expresadas en el debate sobre la deuda pública y el déficit, explicó que "la acción del Gobierno estará dedicada a un programa de reducción de la deuda pública no por medio de impuestos y austeridad, políticas que se han relevado equivocadas para obtener este objetivo".
El programa estará basado en "el crecimiento del PIB obtenido con un relanzamiento de la demanda interna por parte de las inversiones y multiplicando las políticas de apoyo del poder de adquisición de las familias y también con la demanda externa creando las condiciones favorables a las exportaciones".
Otras de sus propuestas son "crear una escuela europea para construir una cultura común que consienta el afirmarse del consenso al nacimiento de una unión política" y " asignar al Banco Central Europeo las funciones que realizan las principales bancos centrales de mundo para perseguir el doble objetivo de la estabilidad monetaria y del crecimiento real".
Otra idea es la de "atribuir al Parlamento europeo los poderes legislativos sobre las materias que no pueden ser gobernadas con igual eficacia a nivel nacional" y "asignar al Consejo Europeo de los Jefes de Estado los deberes de vigilancia sobre las instituciones europeas para garantizar el respeto de los objetivos y el uso de poder establecidos por los nuevos acuerdos".
Sin embargo, estas propuestas son algo difusas, sobre todo si se comparan con los planteamientos mucho más claros realizados en los últimos años. Este veterano profesor de Política Económica es conocido por sus duras críticas al euro. Su visión de la moneda única, abiertamente negativa, no ha sido nunca tomada a la ligera, habida cuenta de su prestigio como experto en sistemas monetarios internacionales y su consideración como uno de los más importantes economistas del país transalpino.
En 2012, por ejemplo, publicó el ensayo Prima lettera agli amici tedeschi (Primera carta a los amigos alemanes), en el que señalaba la naturaleza "no óptima" del euro, que junto con la "rígida" fiscalidad impuesta por la UE y el "contexto mundial de creciente competencia" provoca una situación "que empuja día a día a Italia sobre el sendero del subdesarrollo económico y de la crisis social".
Europa sí, pero euro no
Sus críticas, matiza, van dirigidas al actual sistema económico comunitario. En 2014, afirmó en una entrevista al informativo Tv2000que "la idea del mercado común europeo es válida", pero apuntó que para que funcione necesita una moneda única y ésta, a su vez, "requiere un Estado detrás, que es lo que ha fallado".
"Por eso diría que nos encontramos ante una encrucijada: o dar un paso hacia adelante, hacia la unificación política, o atrás, regresando al viejo sistema del mercado único en el que los países podían devaluar" con sus propias divisas, consideró por entonces. Esto provocaría un "shock", reconoció, pero para ello el país debe contar con un"Plan B", una de sus teorías más reiteradas, y encontrar alianzas internacionales capaces de ayudar "a afrontar la oleada especulativa que llegaría". Concluyó, en definitiva, que si estuviera en su mano "permitiría al país recuperar las llaves de su casa, que hoy no tenemos", en una clara alusión a regresar a la lira.
Igualmente, no ha dudado en lanzar duras críticas a Alemania, como las vertidas en una entrevista en 2013, donde acusó al país teutón de intentar implementar el plan económico que en 1936 anunció Walter Funk , el ministro de Economía nazi. A continuación, algunas de sus perlas:
Funk contemplaba que Alemania se convirtiera en el país de referencia de Europa, que su desarrollo fuera eminentemente industrial con alguna concesión en ese sentido a Francia, su aliado histórico, y que el resto de países europeos se concentrasen en la producción agrícola y funcionaran como un depósito de mano de obra, que las monedas europeas confluyesen en el marco y siguieran sus reglas. Y eso es lo que está ocurriendo.
La gran diferencia es que mientras el programa de Funk se debía implantarmanu militari, por la fuerza, ahora Alemania lo está llevando a cabo a través del pacto europeo, de un sistema bastante democrático. Pero cuando se comienza a decir que sólo Alemania es un país ordenado, cuando hay en marcha un mecanismo por el cual la industria se está movilizando cada vez más hacia Alemania, cuando el Banco Central Europeo se ha creado pensando en que todas las moneda deben de gravitar en torno al marco, a mí me viene inevitablemente en mente el plan económico de Funk.
Alemania ha inventado un mecanismo que funciona como el plan Funk en condiciones de paz. Pero tiene que entender que así no podemos seguir, y que la propia Alemania saldrá perjudicada si continuamos con ese sistema. Si hemos vivido o no por encima de nuestras posibilidades me parece que es una polémica del pasado. Ahora hay que actuar.
Es necesario hacer la unión política europea, y hacerla ya. Seguir como hasta ahora sólo puede llevar a la disolución europea o a un conflicto grave. Sin la unión política el euro no puede sobrevivir. Pero no se puede pensar en hacer una unión política poquito a poco, insisto en que hay que hacerla ya […] Necesitamos hacer una auténtica federación europea, que se presente con 500 millones de habitantes y unida políticamente.
[…] España, Italia y Francia se tienen que dar cuenta de que juntos forman un núcleo constitutivo importante para crear la verdadera unión política europea. Si no lo hacen así las condiciones las impone Alemania, y son las condiciones de Walter Funk.
Volver a la lira o a la peseta debe ser la ultima ratio. Si Italia se hunde, como se está hundiendo Grecia, me parecería sensato.