Pegatinas en los coches de alquiler, ruedas de vehículos rajadas, pintadas, manifestaciones contra los cruceristas… El verano pasado Cataluña vivió una oleada de turismofobiapor parte de colectivos radicales como Arran (las juventudes de la CUP) de la que todavía no se ha repuesto. Este año, lejos de que se hayan calmado los ánimos, grupos separatistas ya están preparando las playas catalanas para lo que se espera como otro convulso verano.
Este fin de semana las playas de Llafranc (Gerona) y la de Canet de Mar (Barcelona) han sufrido una invasión de cruces amarillas que han aparecido clavadas en la arena en homenaje a los supuestos presos políticos de la región. En Llafranc circulan los vídeos de los bañistas que han reaccionado arrancando las cruces, mientras otros independentistas volvían a ponerlas. Entre gritos o aplausos de los asistentes también se llegaron a producir empujones e insultos.
Más tensión ha habido en Canet de Mar, donde un grupo de personas, algunas encapuchadas, contrarías a esta propaganda separatista ha arrancado decenas de cruces. Esto ha provocado un pequeño enfrentamiento que ha acabado con tres heridos leves.
Tres heridos en un enfrentamiento por unas cruces amarillas colocadas por independentistas en la playa en Canet de Mar (Barcelona) https://t.co/aJTF9yvPqa pic.twitter.com/5QTaPQJDRM
— Europa Press (@europapress) May 22, 2018
"Mucho daño" al turismo
Este tipo de acciones no sólo ocupan los espacios públicos y enfrentan a la población catalana, también suponen una mala imagen para cualquier turista que se encuentre en la zona. Así lo ha advertido Gabriel Escarrer, vicepresidente y consejero delegado de Meliá Hotels International, según ha publicado El Economista.
En un acto de Hosteltur celebrado ayer martes, el directivo aseguró que "este tipo de acciones pueden hacer mucho daño. Basta que algún medio británico les de cobertura para que los turistas decidan que no quieren vivir este tipo de situaciones en España".
Escarrer aseguró que "el turismo vacacional apenas había percibido el impacto, pero si empiezan con acciones de este tipo en la playa estarán poniendo en juego el negocio, y hay que recordar que un 24% del PIB turístico de este país se genera en Cataluña".
Bien distinta es la postura de algunas patronales catalanas del sector, que han optado por el silencio sepulcral. Preguntadas por Libre Mercado, ni el Gremio de Hoteles de Barcelona ni el Gremio de Hostelería y Turismo del Maresme, donde está la playa de Canet de Mar, han querido pronunciarse sobre las consecuencias de este tipo de actos para el negocio turístico.