La prima de riesgo exigida por los inversores a los bonos italianos con vencimiento a diez años en relación con sus homólogos españoles se ampliaba el lunes hasta más de 85 puntos básicos, su mayor diferencia a favor de España desde 2012, ante la presión que la deuda transalpina soporta por la incertidumbre sobre el Gobierno de coalición entre Movimiento 5 Estrellas (M5S) y Liga Norte. En concreto, la rentabilidad del bono italiano a diez años en los mercados secundarios alcanzaba el 2,298% frente al 2,217% del pasado viernes, su mayor coste desde julio de 2017, lo que supone un encarecimiento de 30 puntos básicos en lo que va de año.
La formación de un Gobierno de corte populista está elevando la tensión entre los inversores, ya que, por un lado, ambos partidos pretenden elevar el gasto público y rebajar ciertos impuestos, lo cual podría agrandar el déficit en más de 100.000 millones de euros, y, por otro, son dos formaciones de marcado carácter euroescéptico. Así, si bien han renunciado en principio a convocar un referéndum sobre la permanencia de Italia en la moneda única, aspiran a modificar los tratados europeos y a que el BCE condone los 250.000 millones de euros prestados al Estado italiano a través de la compra de deuda pública en el mercado secundario.
Su programa económico
El jurista Giuseppe Conte ocupará el cargo de primer ministro tras el acuerdo alcanzado entre ambas formaciones. Conte es profesor de Derecho administrativo y es conocido en el país por sus posturas para acabar con la burocracia legislativa y promover la meritocracia. Tiene el perfil completamente tecnócrata y carece de experiencia política.
Nacido en la localidad de Volturara Appula, en la provincia de Foggia, en la región sureña de Apulia, es un prestigioso profesor de Derecho, con numerosas publicaciones jurídicas y que confesaba que había votado a la izquierda en pasado. El M5S ya le contactó en 2013 y en esa ocasión explicó que por honestidad les explicó que no les había votado y que tampoco era simpatizante "grillino" (en referencia al líder de ese movimiento antisistema Beppe Grillo). En 2018 sin embargo le convenció la propuesta del M5S de acabar con la "hipertrofia normativa".
En cuanto a las propuestas concretas del nuevo gobierno de coalición, el pacto entre ambas agrupaciones populistas recoge la introducción de un "subsidio a las personas con dificultades económicas", que estará valorado en 780 euros mensuales, aunque tendrá varios condicionantes. Por ejemplo, solo podrán cobrar la ayuda aquellos contribuyentes que vivan solos. Además, el subsidio tendrá una duración máxima de dos años. Se estima que esto supondrá 17.000 millones de euros de gasto anual, si bien el Gobierno quiere emplear los fondos sociales comunitarios de Bruselas para financiar el programa.
Así pues, no habrá renta básica universal en Italia. Aunque el Movimiento 5 Estrellas insistió reiteradamente en que este era uno de sus principales puntos programáticos, la negociación del pacto de gobierno con la Liga Norte ha puesto de manifiesto que, a la hora de la verdad, esta iniciativa ha sido reemplazada por una medida menos expansiva.
En clave tributaria, las negociaciones han avanzado hacia la eliminación de ciertos impuestos especiales aplicados a la venta de carburante. Igualmente, se ha pactado la no revisión al alza del IVA, prevista por el anterior Gobierno para 2019. Se estima que estas decisiones tienen un coste presupuestario de 12.500 millones de euros.
Más interesante aún es lo que va a pasar en el Impuesto sobre la Renta y el Impuesto de Sociedades. El segundo pasará a operar bajo un régimen de flat tax del 15%, de modo que habrá un único tipo general, sin deducciones ni tipos diferenciados. En cuanto al IRPF, los dos partidos han negociado un sistema con dos tramos del 15% y del 20%.
En cuanto al sistema de pensiones, se creará la llamada "cuota 100". En virtud de esta regla, los ciudadanos podrán jubilarse cuando la suma de su edad y de los años que han cotizado a la Seguridad Social alcance la cifra de los 100 años. Así, una persona con 60 años que haya cotizado durante 40 años podría jubilarse a partir de dicho momento.
Alberto Mingardi, uno de los intelectuales liberales italianos más influyentes de las últimas décadas, reconoce que el problema es que "unos y otros amenazan con estirar hasta el límite la capacidad de la Hacienda italiana". "La coalición que se está forjando apuesta claramente por una política fiscal expansiva, bien con rebajas de impuestos que pongan en riesgo la estabilidad presupuestaria, bien con aumentos de gasto que igualmente pondrán a prueba los objetivos de deuda y déficit. Está claro que, aunque son dos partidos aparentemente distintos, coinciden en el sentido que quieren dar a su agenda fiscal", señala.
Asimismo, a Mingardi no le sorprende que la Liga Norte y el Movimiento 5 Estrellas estén lanzando propuestas euroescépticas, aunque considera que "el nerviosismo que generan estos mensajes se quedará en el corto plazo porque muchas de las medidas que se han puesto encima de la mesa son muy difícil de aplicar, si no imposibles".
Las cifras que preocupan de Italia
Sea como fuere, el hecho de que un país como Italia amenace con disparar el déficit y la deuda, cuestionando incluso algunos de los principios básicos de la UE, genera un creciente nerviosismo en los mercados, a la espera de si, finalmente, el Gobierno lanza o no un nuevo pulso a Bruselas al estilo del protagonizado en su día por Grecia. Esta tensión no es de extrañar si se tienen en cuenta las siguientes cifras, tal y como recoge Financial Times.
Italia es la cuarta economía más grande de la UE, tras Alemania, Reino Unido y Francia, representando por sí sola el 11% del PIB comunitario y el 15,4% del PIB de la zona euro, así como el 12% de la población europea. La economía griega, por su parte, apenas pesa el 1,8% en el PIB de la zona euro.
Italia también es uno de los grandes productores de la UE, el segundo mayor fabricante manufacturero de Europa, tras Alemania, y el cuarto mayor exportador de bienes.
La deuda de Italia, por su parte, supera el 130% del PIB, equivalente al 23,4% de la deuda comunitaria, y la mayor cifra de Europa en términos nominales. Su déficit público se situó en el 2,3% del PIB en 2017, pero, en caso de implementar su programa de gobierno, podría volver a superar el 7%, con el consiguiente aumento de la prima de riesgo y el coste de la deuda. Tanto el tamaño de la economía italiana como su abultada deuda dificultarían, en gran medida, la aprobación de un nuevo rescate soberano por parte del resto de estados miembros.
Por último, la debilidad de su sistema financiero y del mercado laboral y su anémico crecimiento económico sitúan a Italia en una posición muy frágil en caso de que el nuevo Gobierno desate otra crisis de deuda. No en vano, registra una de las perspectivas de crecimiento más bajas de Europa.
Por último, uno de los factores más preocupantes radica en el elevado euroescepticismo que muestra su población. Tan sólo el 59% de los italianos están a favor del euro, una de las tasas más bajas junto con los griegos. Además, sólo el 37% de los italianos tiene ahora una imagen positiva de la UE, por debajo de la media comunitaria, lo que supone una caída de más de 20 puntos porcentuales desde 2007, cuando estalló la crisis financiera internacional.
La combinación de populismo político, euroescepticismo social y fragilidad a nivel fiscal y económico constituyen una peligrosa mezcla cuya agitación amenaza con desencadenar una nueva crisis en el seno de la UE.