El impasse político que atraviesa Italia puede llegar a su fin en los próximos días. Tras cinco días de conversaciones entre la Liga Norte y el Movimiento 5 Estrellas, los dos movimientos populistas han comunicado a la Presidencia de la República que están dispuestos a formar gobierno en virtud a un "contrato" que, a priori, ordenará la acción del Ejecutivo durante la próxima legislatura.
El liguista Matteo Salvini concurrió a los últimos comicios en alianza con Forza Italia, el partido de Silvio Berlusconi, y Fratelli d’Italia, un pequeño partido conservador. La lista de Salvini obtuvo el 17% de los votos, mientras que Berlusconi recibió un 14% y FdI se hizo con un 4%. En virtud de estos resultados, la Liga Norte ha llevado la batuta de las conversaciones con el Movimiento 5 Estrellas, si bien Berlusconi ha dejado claro que no es partidario de un acuerdo de este tipo. Por su parte, el Movimiento 5 Estrellas logró un 33% en la cita con las urnas y, al presentarse en solitario, negocia con voz propia.
Según han comunicado las jefaturas de ambos partidos, el programa de gobierno que se ha perfilado en Milán incluye "rebajas de impuestos, mejoras del gasto social y esfuerzos adicionales para acabar con la inmigración irregular". Llega el momento, por tanto, de buscar a una figura independiente que guste a las dos partes y haga las veces de primer ministro a lo largo de la legislatura.
Desde la Presidencia de la República, Sergio Mattarella ha querido distanciarse de las conversaciones mantenidas por la Liga Norte y el Movimiento 5 Estrellas, recordando que es él quien tiene la última palabra a la hora de designar a un primer ministro y defendiendo abiertamente la importancia de manejar con cautela las finanzas públicas y mantener el tradicional compromiso italiano con las instituciones europeas. Estas manifestaciones chocan frontalmente con el euroescepticismo que siempre han manifestado los dos partidos que ahora se preparan para formar gobierno.
Confrontación con Bruselas
El analista Gavin Jones ha analizado en Reuters las primeras medidas que han puesto encima de la mesa los negociadores de la Liga Norte y el Movimiento 5 Estrellas. En su opinión, "se trata de promesas incompatibles con las reglas de estabilidad fiscal europeas que, además, serán muy difíciles de cumplir, si no imposibles".
Cabe recordar que la deuda del Estado transalpino equivale al 130% del PIB, pese a que las reglas de estabilidad exigen su reducción hasta niveles inferiores al 60% de la producción económica anual. Las cuentas que dejó el gobierno socialdemócrata saliente arrojan un déficit del 2,4% del PIB en 2017 y no contemplan un superávit hasta 2020. Tanto la Liga Norte como el Movimiento 5 Estrellas se muestran a favor de aumentar el déficit por encima del 3% del PIB.
Lo que más preocupa en Bruselas es el anuncio de que se anunciará la reforma de las pensiones aprobada en 2011, en virtud de la cual se retrasó la edad de jubilación. El agujero generado por una medida así rondaría los 12.500 millones de euros. También hay nerviosismo sobre el efecto fiscal que tendrán las rebajas tributarias y el aumento del gasto social que han anunciado los primeros espadas de la Liga Norte y el Movimiento 5 Estrellas. Solamente la promesa de "renta básica" que ha hecho el Movimiento 5 Estrellas tendría un impacto 17.000 millones de euros, mientras que las modificaciones planteadas para el IVA acarrearían una caída de ingresos valorada en 12.500 millones de euros.
La confrontación con Bruselas es uno de los puntos que más preocupa a Salvini, que ha hablado explícitamente de"renegociar los acuerdos suscritos con la UE para evitar la asfixia de nuestro país". Además, el rechazo a la Eurozona que han mostrado la Liga Norte y el Movimiento 5 Estrellas "podría resultar en la decisión de acuñar una nueva divisa cuyo propósito sería el de pagar las deudas del Estado con sus proveedores".