"Las listas de espera son eternas. Actualmente, se calcula que hay 50.000 padres en España esperando para adoptar a un menor. La mayoría se quedarán sin poder tener un hijo adoptivo. No hay tantos niños que sean adoptables, ni en España ni en el extranjero", declara Benedicto García a Libre Mercado. Es el coordinador general de la Federación de Asociaciones de Adopciones en España y sabe muy bien de lo que habla.
Siempre se han criticado las enormes trabas burocráticas para poder pasar el filtro de padres perfectos de cara a una adopción. La mayoría de las quejas iban dirigidas hacia las Administraciones Públicas y su lentitud en la resolución de las adopciones. Sin embargo, y contra todo pronóstico, García desmonta esta "leyenda urbana" sobre la problemática de las adopciones en nuestro país. Revela cuáles son los verdaderos motivos que llevan a la desesperación a padres que se ven inmersos en este complejo proceso.
"Los niños desnutridos no son adoptables"
El planteamiento popular es el siguiente: si hay tantos niños en el mundo desnutridos y con problemas de salud, ¿cómo es posible que sea tan sumamente complicado acceder a una adopción?, ¿acaso los padres en cuestión no cumplen con todos los requisitos legales? García responde: "Porque no son niños adoptables. Estos menores tienen madres que, a pesar de que se encuentran en países subdesarrollados y con carencias nutritivas obvias, no quieren separarse de sus hijos y darlos a unos desconocidos". Esta es una de las razones que el coordinador de las Asociaciones de Padres con hijos adoptados da para explicar la actual situación, pero también existen otros motivos de peso.
"El desarrollo económico de países como Rusia o China ha provocado que baje el número de menores dados en adopción por sus padres biológicos", aclara. Según los datos del Ministerio de Sanidad y Asuntos Sociales, en 2016 se realizaron 567 adopciones, frente a las 1.669 del año 2012. Y el dato sigue a la baja. "Nos encontramos ahora con un gran problema en la salud de los menores adoptables. Antes las madres los daban en adopción por cuestiones económicas, pero ahora los países del Este, por ejemplo, han aumentado en su poder adquisitivo. Los niños que se dan en adopción son por causas de salud de la madre o el padre", confirma el coordinador.
¿Qué quiere decir esto? Pues siguiendo con el ejemplo de Rusia y los países del Este, muchos niños vendrían con el Síndrome de Alcoholismo Fetal (SAF). Sus padres biológicos son alcohólicos. "Estamos teniendo muchísimos problemas con los menores procedentes de Rusia, en su mayoría, porque tienen problemas de salud mental y desarrollan adicción al alcohol debido al SAF que han heredado de sus padres. Es realmente dramático", comenta García. Y agrega: "Otros vienen con cardiopatías o esquizofrenia, depresión y bipolaridad heredados genéticamente de padres que están inhabilitados para educar a un hijo".
China, al igual que Rusia, es otro de los países líderes en menores adoptables, pero también el impulso económico de los últimos años, gracias a la apertura al mercado global, ha hecho que los padres biológicos no necesiten dar a sus hijos en adopciones. En 2016, tan solo se adoptaron 286 menores procedentes del gigante asiático por españoles. Los requisitos que piden las instituciones chinas son muy elevados, llegando a exigir hasta "el índice de masa corporal de los futuros padres".
Llama especialmente la atención que, según publican los Consulados españoles en el extranjero, el número de menores adoptados en todo el continente africano sea solo de 44 en 2016. "Esto es debido, por un lado, a que los países africanos no tienen desarrolladas instituciones para que se pueda adoptar menores con total legalidad y, por otro, a que las madres no tienen costumbre de separarse de su familia y entregar a los niños a completos desconocidos por muchas garantías que se les de", reafirma García.
En este sentido, se realizarían adopciones fraudulentas, como es el caso de Etiopía. Según la Federación de Asociaciones de Padres Adoptantes, este país africano se acaba de cerrar porque sus administraciones engañaban a las madres. Parece ser que los niños venían engañados pensando que volverían a sus países de origen y que no estaban siendo adoptados, sino "ayudados puntualmente".
Las adopciones de niños extranjeros son muy caras. El coste total puede ir desde los 13.000 a 16.000 euros, dependiendo del país. Otra opción son las adopciones nacionales, ya que son totalmente gratuitas, pero el riesgo a que el niño sea reclamado de nuevo por la madre es muy elevado y puede suponer una auténtica tragedia para los padres.
El sistema de adopciones español contempla un estricto proceso de preadopción que va hasta los tres años "de prueba". En ese tiempo, la madre biólogica, si se rehabilita o se reinserta, "puede volver a reclamar a su hijo, dando lugar a situaciones muy desagradables y traumáticas para los padres que adoptaron", continúa García.
De todos modos, "no es lo normal. Las instituciones españolas deben asegurarse que esto no ocurrirá. De haber este riesgo, el menor no sería adoptable. Pasaría esos años en las instituciones públicas españolas hasta que, si ninguno de los padres biológicos vuelve a por él, pasaría a ser candidato a la adopción".
Iniciar los trámites antes de los 40 años
CORA, el organismo que aglutina todas las instituciones españolas dedicadas a las adopciones nacionales e internacionales, lanza una serie de recomendaciones para aquellos que estén pensando en adoptar. "Que lo hagan cuanto antes, ya que la edad máxima para poder adoptar está en una diferencia, como máximo, de 45 años con el menor". Dado que los tiempos de espera van de los 6 a 8 años, en muchos casos se superan esos 45 años, quedando automáticamente fuera de la lista de padres candidatos. "Si se tiene unos treinta y tantos lo mejor es empezar ya los trámites", comunica García.
En esta linea, las mujeres solteras y las parejas homosexuales varones que están en lista de espera habrían aumentado considerablemente en los últimos años, aunque no hay todavía un dato específico sobre su número. "La sociedad cambia y los padres que deciden adoptar tienen ahora perfiles diferentes", argumenta el coordinador.
"La espera siempre merece la pena"
A pesar de este panorama tan poco alentador, siempre hay historias con final feliz. Es el caso de Cristina López (pseudónimo), una malagueña que adoptó a su hija hace tres años. "Estoy muy feliz, pensaba que nunca ocurríría porque soy monoparental, pero la verdad es que cumplí con todos los requisitos legales y económicos que pedían en China".
López viajó en avión para encontrarse definitivamente con su hija adoptiva de 5 años. "Previamente, tuve que realizar tres viajes hasta el país y encargarme de su manutención durante unos meses hasta de que viajara a España". La entrega del menor es el último paso. La andaluza estuvo 5 años esperando con gran ansiedad, pero, finalmente, pudo tener a su hija adoptiva con ella. ¿Merece la pena? "Siempre. Aunque no me la hubieran dado, hay que luchar por ello", concluye.