"Asesina, vamos a meterte una paliza, ojalá te violen, zorra, suicídate como Mel Capitan". Estos improperios y amenazas son parte de los cientos mensajes que reciben las mujeres cazadoras en España a través de las redes sociales. Nazaret Jiménez es la última víctima de este ciberacoso, el cual le ha llegado "a afectar psicológicamente".
El lado más radical de los animalistas sale a relucir normalmente bajo el anonimato que un avatar le concede en Facebook, Twitter o Instagram. Pero lo que más sorprende a Jiménez no es "la cobardía de estos animalistas", según comenta, sino que sean mujeres que se erigen como feministas quienes le han insultado y deseado que la violen y la maten.
Ella misma no sale de su asombro y estupor: "Me han amenazado gravemente, me han violentado, ¿qué clase de mujer feminista y animalista desea que asesinen a otra chica?", se pregunta la joven cazadora. "No son personas para mí. Ninguna mujer feminista, ninguna asociación contra las víctimas de agresiones, acoso y amenazas ha contactado conmigo. Ninguno de los colectivos me ha defendido. Nosotras, las mujeres cazadoras no somos mujeres para ellas. Es pura hipocresía lo que hacen", sentencia Jiménez.
Nazaret Jiménez colgó una foto recientemente en su perfil de Facebook mientras se encontraba en un día rutinario de caza con una presa. Jamás pensó que tendría que llamar a un abogado tras leer cómo querían atentar contra su integridad y su persona. "Voy a tomar medidas legales, no van a quedar impunes. Yo voy a seguir luchando de forma valiente por lo que considero mi pasión, la cinegética. Pensé en cerrar Facebook, pero mis compañeros hombres cazadores me han defendido de esta clase de mujeres animalistas. Mis amigas cazadoras también me han apoyado muchísimo. Gracias a ellos estoy un poco mejor e intentando sobrellevar esto que me están haciendo".
De momento, Jiménez no ha precisado ayuda psicológica. Pero quien sí ha necesitado ayuda médica para superarlo ha sido Mara Moreno. "Estuve con ansiolíticos. Me diagnosticaron ansiedad clínica", confiesa. Es otra de las cazadoras que ha sufrido en sus carnes la furia de los odiadores en las redes sociales. "Me incitaban al suicidio, me han llamado sinvergüenza, hija de puta, asesina. Me han deseado la muerte", revela, dejando constancia de que "le han hecho muchísimo daño".
Al igual que su compañera Nazaret, a ella tampoco la ha asistido ninguna organización feminista para prestarle ayuda como mujer víctima de violencia psicológica. "Un día llegué a acostarme temblando de las aberraciones que leí ese día en mi Instagram". Parece ser que un compañero cazador al que no conocía personalmente se sumó a las duras críticas contra ella con "fuertes comentarios machistas y denigrantes". Tampoco en este caso recibió defensa y apoyo alguno por parte de las feministas.
Otro relato estremecedor es de Tamara Gutiérrez. A sus apenas 20 años, algunos animalistas le comunicaron que "iban a poner su cara por todo el pueblo para que se supiera que era una asesina y pudieran identificarla para meterle una paliza". Gutiérrez asegura que salía a la calle con "mucho miedo". "Querían fotocopiar mi cara por todo el pueblo. Pensaba que iban a pegarme por cualquier sitio", afirma una de las cazadoras más jóvenes de España. "Lo peor es que te desearan violaciones múltiples las mismas mujeres que defienden a las víctimas de una violación. Son incoherentes. Es muy triste pensar que para estas mujeres nosotras no somos mujeres". A Tamara no le quedó otra que terminar limitando el acceso a sus redes sociales para evitar el acoso.
Aunque, quizás, la historia más impactante es la de Natalia González. Esta cazadora jienense que subía fotos a su Facebook acompañada de su hijo menor durante una jornada de cacería fue testigo de cómo escribían contra su pequeño. "Nos decían que mi hijo iba por el mismo camino que yo, que sería un asesino". De todos modos, esto no ha amedrentado a González, que sigue publicando imágenes de su afición. Al igual que sus compañeras, sigue esperando "a que las mujeres que se erigen feministas sean capaces de apoyarlas".
Por ahora, ninguna organización de defensa de la mujer ha realizado alguna declaración al respecto y tampoco ha condenado estos hechos. Cabe destacar que las féminas amantes de la caza no se reducen a un grupúsculo en nuestro país. La Real Federación de Caza confirma que ya hay más de 50.000 mujeres cazadoras en su registro en España.