Ha sido una mala semana para Tesla. El pasado jueves, el fabricante estadounidense de automóviles eléctricos daba a conocer unos resultados desastrosos. En el primer trimestre del año, la compañía duplicaba sus pérdidas hasta los 784,6 millones de dólares, unos 620 millones de euros, lo que hacía estallar a los mercados provocando el desplome de sus acciones.
Las dudas sobre la viabilidad de su negocio sobrevolaban Tesla, aunque su fundador, Elon Musk, intentó tranquilizar a los escépticos con la presentación de un plan. Musk no duda en que el coche del futuro no necesitará a ningún conductor al volante porque será autónomo, y a esta idea, que ya ha empezado a desarrollar su compañía, le ha añadido otra fórmula. El plan del empresario es que los propietarios de los vehículos autónomos se los alquilen a otros particulares cuando no los estén utilizando para sacarles el máximo partido.
Así, los usuarios tendrán la excusa perfecta para seguir siendo los dueños de sus Tesla porque ganarán dinero con ellos en lugar de tenerlos aparcados el 90% del tiempo, como le ocurre a cualquier automóvil. Y es que la infrautilización actual de los vehículos es el motivo principal para que muchos expertos auguren el fin de los coches en propiedad.
El Airbnb de los coches
Aunque en España todavía falta mucho para que un coche sin conductor vaya a recoger al viajero que lo ha alquilado a la puerta de su casa, las plataformas de alquiler de automóviles entre particulares se están extendiendo como la espuma en nuestro país. Con un modelo muy similar al que tiene Airbnb con los pisos, los dueños alquilan sus vehículos a otros conductores los días que no los utilizan a cambio de un precio que fijan ellos mismos.
"Los gastos de tener un coche en propiedad no tienen sentido, y esta fórmula le proporciona al propietario la libertad de tener su automóvil a un menor coste", asegura el CEO de Amovens, Mario Carranza, a Libre Mercado. Amovens es el principal competidor de Blablacar en España en el mercado de los viajes compartidos, pero hace dos años decidió entrar en el negocio de los arrendamientos entre particulares, y ya supone el 30% de su actividad.
"Hemos conseguido hacer reflexionar a la gente sobre si quiere comprar un coche o no", asegura la CEO de SocialCar, Mar Alarcón. SocialCar es una compañía pionera en España y especializada en el alquiler de coches entre particulares desde 2012. "No tengo duda de que en el futuro los coches vendrán con el botón de compartir", asegura.
Miedo a desperfectos y accidentes
Puede que sea por la falta de costumbre, pero lo cierto es que alquilar su propio coche a un desconocido genera mucha desconfianza entre los propietarios. "Al principio nos costó mucho convencer a la gente porque tenían muchas barreras mentales. Por eso, los primeros propietarios que alquilaron sus coches fueron los conductores que ya hacían viajes compartidos en nuestra plataforma. Los que los empezaron a alquilar también habían sido pasajeros antes", cuenta Carranza.
El miedo a los accidentes o a los desperfectos que se puedan producir en el vehículo es lo que más preocupa a los dueños. "Uno de los primeros propietarios me contó que no pudo dormir la noche anterior a alquilar su coche por primera vez. El miedo es normal al principio, pero luego todo son beneficios", asegura Carranza. Tanto es así, que un dueño que arriende su coche "entre 1 y 2 semanas al mes puede ganar entre 300 y 400 euros", calcula. De esa cifra, Amovens se lleva una comisión del 20% que reparte con Allianz, la compañía que asegura por accidente a todos los coches que se alquilan.
Para los más preocupados por los desperfectos que se puedan llegar a producir dentro del vehículo, "antes de alquilar el coche, los propietarios hacen fotos de todo el interior y, si hay algún daño, Amovens le cargaría al conductor los gastos", explica su CEO. "La economía colaborativa crea unos vínculos de confianza muy fuertes entre los particulares, que pueden ver en todo momento las valoraciones de otros usuarios", añade.
En SocialCar trabajan con Axa y con RACC para la asistencia en carretera. Los conductores pagan 6 euros a los propietarios por el seguro. "Hacemos de intermediarios" si se producen desperfectos que no tengan que ver con los accidentes. Por ejemplo, "si el conductor deja el coche sucio, se le cobra una limpieza, pero este tipo de incidentes no llega al 1%", asegura Alarcón. En algún caso puntual han llegado a expulsar a algún usuario que no ha cumplido los términos acordados.
Tal y como se ve en la siguiente imagen, los coches disponibles aparecen en Amovens como si de un catálogo se tratara. Algunos tienen muchas fotos, otros, solo una; algunos conductores ponen sus condiciones como prohibir fumar o no admitir mascotas. El precio del alquiler ronda los 30 euros el día y ya tienen 10.000 vehículos publicados.
En el perfil de la clientela conductora de la plataforma predomina el nacional y el millennial. "La mitad lo utiliza como alternativa al alquiler de coche tradicional y la otra mitad, por un imprevisto que les deja sin coche, por una mudanza o porque quieren probar un coche de una determinada marca", cuenta Carranza. Los viajes de 2 ó 3 días o de fin de semana son los más demandados en ambas plataformas.
Los requisitos fundamentales de los vehículos que se ponen en alquiler en Amovens son: que tengan un máximo de 15 años, de 250.000 kilómetros, un valor de 40.000 euros y que tengan todos los permisos en regla. A los demandantes del servicio se les exige ser mayor de 21 años y tener más de 2 años de carnet. Otro movimiento de ficha que ha dado Amovens está en el campo del renting. La compañía ofrece a los usuarios un coche nuevo sin tener que comprarlo por una cuota mensual que va desde los 200 euros. Si alquilan el coche, podrán amortizar una o toda la parte.
"Los propietarios deben tributar"
En el catálogo de SocialCar el precio, las fotos y las valoraciones también son los protagonistas. Además, la firma ofrece opciones para gestionar el alquiler del vehículo a través de sus propios aparcamientos que evitan el desplazamiento de los usuarios. Tienen 18.000 coches y 250.000 usuarios en toda España.
Al igual que han hecho los taxistas con Uber o los hoteleros con Airbnb, su CEO no teme a que otras patronales del sector tradicional del alquiler de coches carguen contra su actividad porque "el negocio está completamente liberalizado y no necesitamos licencias administrativas como otros".
Preguntada sobre la economía sumergida que puede aparecer alrededor de esta actividad, la fundadora recuerda que "es un rendimiento económico que los propietarios deben tributar". Para que les sea más fácil cumplir con el fisco, "en su área privada les ofrecemos todas las facturas". Eso sí, "yo no puedo garantizar que lo tributen en el IRPF después".