Las bocinas se escuchan desde el Parque del Retiro. Tras la Puerta de Alcalá se vislumbra la manifestación convocada por los sindicados UGT y CCOO con motivo del Día del Trabajador. El Paseo del Prado está lleno de banderas republicanas.
Un grupo de alemanes seguidores del Bayern de Munich miran con asombro las banderas de color violeta, amarilla y roja. Quizás estén pensando que han aterrizado en otro país. No les suena que esa sea la de España. Lo que sí reconocerán son los incontables estandartes con hoces y martillos que inundan la calle. Pero este año, hay una novedad en el catalogo para ir a la moda sindical: el color morado. Sí, esta vez, la temática elegida ha sido el feminismo. Las del "No es No" iban encabezando la marcha junto a los líderes sindicales y políticos como Alberto Garzón e Iñigo Errejón, de Unidos Podemos.
Detrás de ellos caminan manifestantes de toda índole. Representan el pack completo que tienes que reivindicar para ser un buen sindicalista, y, como ellos mismos gritan, para "ser un buen hombre y una buena mujer". Por tanto, y una vez observada la manifestación en movimiento de cabo a rabo y a toda su cartelería y merchandaising, se entiende que para luchar por el proletariado y ser mejor persona, debes:
- Estar en contra de Israel y apoyar a Palestina.
- Estar en contra del capital -y que se note. El bloque Frente Obrero era el que más motivado estaba con diferencia-.
- Aborrecer la Monarquía.
- Estar en contra del Ibex, aunque no sepas lo que es.
- Estar en contra de la sentencia de los jueces por el caso de La Manada.
- Si eres mujer, sentirte mal porque España es un país muy peligroso para ti y no puedes ir sola por la calle.
- Estar a favor de subir los impuestos pese a quien le pese.
- Tocar en alguna batucada o, como mínimo, bailar a su paso si estás al lado.
- Defender los convenios colectivos.
- Ser laico.
- Odiar a algún empresario -no importa mucho cuál-.
- Ser de izquierdas.
- Que tu color favorito para manifestarte sea el violeta o, en su defecto, el rojo.
- Estar en contra de los bancos, del PP y de Ciudadanos.
- Pedir que la riqueza de otros se reparta sí o sí.
- Desear que los militares americanos se marchen de la base de Rota en Cádiz y Morón de la Frontera en Sevilla.
- Estar en contra del FMI
Como se observa, es muy complicado poder pertenecer a esta élite de lo moral. De todos modos, los líderes de UGT Y CC.OO., tras llegar a la Puerta del Sol, aclaran en sus discursos las principales consignas de este año. Sus lemas de pancarta son llevados al atril frente a un grupo nutrido de periodistas que toman nota sentados en el suelo. Al lado se sitúan varias decenas de sindicalistas.
Pilar Morales, toma la palabra. La secretaria de Igualdad de Comisiones Obreras comienza a hablar -o mejor dicho a vocear-: "¡No es no!", resuena en la Puerta del Sol. "¡No es no!", pero el clamor popular no es el que espera Morales. Nadie sigue su proclama. Se da cuenta rápido y se pone seria: "¡Compañeros y compañeras, las mujeres de este país estamos viviendo una de las peores situaciones de nuestra historia, no podemos salir a la calle tranquilas, tenemos miedo. Ahora los jueces han dictaminado una terrible sentencia, una vergüenza (por el caso La Manada). No pasa nada, hermana, yo sí te creo!"
Hay que hacer un pequeño inciso, cualquier turista extranjero que por allí camina puede pensar que las españolas viven hostigadas y en un estado de marginalidad y machismo repugnante. Sin embargo, contrasta con el ambiente que se respira. A la vez que se escuchan las frases retumbando de la secretaria de Igualdad de CC.OO., por allí caminan grupos de chicas jóvenes que visten de forma desenfadada, ríen, entran y salen de las tiendas adyacentes a Sol, muchas caminan solas. Nada parece indicar que se está viviendo una situación de extrema gravedad y calamitosa para las mujeres en las calles de nuestro país, tal y cómo presenta Morales.
No obstante, la sindicalista feminista continua, y en tono dramático ataca directamente al tema de los fondos públicos y dice algo que es díficil de entender para el oído medio: "Señores del PP, nos dijisteis 200 millones de euros y nos habéis dado 8 millones. No queremos a los baratos, las mujeres queremos que nos defiendan los caros". Los aplausos aquí son más débiles. Seguidamente, Morales no para de repetir a "los compañeros y compañeras que están muy hartas, muy cansadas de la esclavitud y explotación", y añade un sorprendente "estamos hasta el culo de tanto tio chulo y fascista". En este sentido, la secretaria de Igualdad no aclara quién es "ese tio", pero después agrega que lo dice "como en general". Termina exigiendo a Rajoy y a su Gobierno "que se vayan ya".
Es el turno de Unai Sordo, secretario general de Comisiones Obreras. Llama la atención cómo da las gracias por "el millón de asistentes allí reunidos y el seguimiento masivo". Quizás se haya dejado llevar por la emoción, pero en la Puerta del Sol, en esos momentos, no se alcanzan ni 1.000 personas congregadas. Bien cierto es que no hay ni rastro de quiénes iban tras la cabecera. Se han esfumado.
Sordo no se viene abajo y va al meollo de la cuestión: el dinero. Quieren que se reparta la riqueza porque entienden que la economía se ha recuperado y "ese dinero debe ser redistribuido". Además, llama a "la quiebra de la temporalidad laboral", es decir, como él mismo explica, "que todo el mundo sea indefinido". El clásico odio hacia "el empresario" está presente durante su pseudomitin. De repente, cambia de tercio y de "los malvados capitalistas" pasa al drama de las pateras en el Estrecho. Exclama desgañitándose que "¡los verdaderos patriotas están ayudando a salvar vidas en el Estrecho. Nosotros tenemos carácter internacionalista!" Es de resaltar que CCOO se define antipatriota en base a su tesis, ya que en el Estrecho sólo se han visto en rescates a inmigrantes a la Cruz Roja, la Guardia Civil o la Policía Nacional.
También es de especial relevancia que si aquí están los trabajadores y mujeres en las pésimas y deplorables condiciones que describe Sordo, no se entiende que se jueguen la vida por venir a un país como España. Pero el secretario general de CCOO admite que "vienen a buscar una vida digna", entrando así en una de las muchas contradicciones sindicales.
El popurrí ideológico se refuerza cuando le toca a Pepe Álvarez, secretario general de UGT. De nuevo, incide en el dinero. Disponer de más fondos es, sin duda, el tema principal de este 1 de Mayo junto al feminismo. Un poco más atrevido, lanza un mensaje con tintes conspiranoicos: "El Gobierno está apostando por debilitar a la mujer". Asimismo, y ya de paso, pide que se "derogue la reforma laboral, que la gente que no tiene dinero pueda estudiar y que los impuestos para las pensiones no sólo se apliquen a Google y Amazon, también a todas las tecnológicas porque los robots están destruyendo el empleo".
Repite, una vez más, que "se reparta el dinero" y, como colofón, describe la sentencia de los jueces del caso La Manada como "una sentencia infame, una vergüenza". Antes de finalizar amenaza al Gobierno con huelgas generales "de no recibir el dinero suficiente". A pesar del énfasis puesto y de que la voz de Álvarez se escucha hasta en el Banco de España, a estas alturas la Puerta del Sol está quedándose vacía. Los paquistaníes que venden cerveza a los sindicalistas también están desplazándose. Se acerca la hora de comer.