Al igual que en las revoluciones industriales precedentes, el proceso de transformación tecnológica en curso creará nuevos empleos, tanto en los sectores innovadores como en los beneficiados por el efecto renta ocasionado por el cambio tecnológico. Sin embargo, la Cuarta Revolución Industrial también precipitará la automatización de numerosas tareas, lo que podría poner en riesgo hasta un 36% de los puestos de trabajo actualmente existentes en España.
De cada 100 empleos, 36 están en peligro de desaparecer como consecuencia de los nuevos cambios tecnológicos que implica la automatización de tareas. Es el titular estrella del nuevo informe elaborado por Rafael Doménech, Juan Ramón García, Miriam Montañez y Alejandro Neut para el servicio de estudios de BBVA.
La incidencia de la automatización será mayor entre los hombres (55,5%) que entre las mujeres (44,5%) y afectará especialmente a quienes solo han completado la educación secundaria (entre 36,2% y 47,3%). Los trabajadores por cuenta ajena también enfrentan un reto mucho mayor que los autónomos (86,8% frente a 13,2%), del mismo modo que los asalariados del sector público tienen muchas menos razones para preocuparse que los ocupados del sector privado (10,9% frente a 89,1%).
Por comunidades autónomas, el mayor porcentaje de empleo en riesgo de automatización está en Cataluña (18,4%) y Andalucía (16,1%). Más bajos son los porcentajes observados en Madrid (11,7%) o Comunidad Valenciana (10,8%). La tasa más baja es la de La Rioja, donde apenas el 0,8% del empleo está en peligro por este fenómeno.
"Gobernar el cambio"
Para "atenuar las repercusiones negativas del progreso tecnológico sobre el empleo", los autores del informe entienden que "es imprescindible que los agentes económicos, privados y públicos, gobiernen el cambio".
Los autores proponen tres ejes de actuación: "en educación es urgente invertir más y mejor en capital humano; en regulación y mercado laboral deben eliminarse las barreras a la inversión, el crecimiento empresarial y la creación de empleo"; en política redistributiva deben "diseñarse mecanismos que compensen a los damnificados", medida que debería ir acompañada de una "mejora de la eficacia y la eficiencia de las políticas del mercado de trabajo".