Las declaraciones de Pedro Sánchez de la semana pasada han vuelto a reavivar la guerra del agua, un conflicto histórico entre las llamadas regiones húmedas y secas de España que no entiende de colores políticos. El secretario general del PSOE se mostró en contra de los trasvases en nuestro país, mientras daba su apoyo a las desaladoras de agua, lo que indignó a agricultores, regantes y hasta a algunos miembros de su propio partido.
Ximo Puig (PSOE) fue uno de los primeros en contestar a Sánchez, y no es para menos. A principios de este mes, el Gobierno daba luz verde al nuevo trasvase del Tajo al Segura que beneficiará, entre otras, a la región que preside Puig. "No vamos a renunciar" al trasvase "ni ahora ni en el futuro" porque es "necesario para garantizar el agua" de la Comunidad Valenciana", aseguró.
Y en Andalucía, donde también sufren la falta de agua, más de lo mismo. El consejero de Agricultura de la Junta, Rodrigo Sánchez Haro, no dudó en considerar los trasvases como un factor "clave" para Andalucía y "una necesidad", al contrario que Pedro Sánchez.
Nuestro objetivo es el fin de los trasvases y apostar por las desaladoras. Ha llegado el momento de poner fin a la improvisación. No hay que hacer política con el agua, sino una política del agua.#HagamosUnPaísMejor pic.twitter.com/xquUmyZF7p
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) April 19, 2018
Al mismo tiempo que las autonomías socialistas Valencia y Andalucía celebraban la llegada del agua vía trasvase, sus compañeros de partido en Castilla-La Mancha se oponían radicalmente. El presidente de la región, Emiliano García-Page, lo calificó de un "insulto" y una "inmoralidad" y clamó por que el Tajo "desemboque en el Atlántico y no en el Mediterráneo". La consejera de Fomento de la región, Agustina García Élez, también expresó su enfado calificando la medida de "despropósito".
💧Esto es un despropósito, no solo se confirma un nuevo trasvase, sino un triple trasvase del Tajo al Segura. Esto, es de nuevo un ataque al río #Tajo y a los intereses de #CLM @gobjccm https://t.co/NtZBdQ7pmp
— Tita García Elez (@TitaElez) April 3, 2018
La gran paradoja
El cisma entre las regiones implicadas coincide en un mes donde se han producido grandes riadas en el Ebro. Las abundantes lluvias han desbordado el río echando a perder ingentes cantidades de agua y llegando a causar numerosos daños en regiones como Aragón o Cataluña, mientras la sequía asola Valencia, Murcia o Almería.
Esta paradoja ha vuelto a abrir el debate del reparto del agua en nuestro país catorce años después de la derogación del Plan Hidrológico Nacional de Zapatero. Ayer jueves, el Club Siglo XXI celebró un coloquio titulado ¿Puede el agua vertebrar España?, que reunió a varios representantes de las partes implicadas.
La directora general del Agua del Ministerio de Agricultura, Liana Ardiles López, fue la primera en tomar la palabra. Presentada como La jefa del agua, Ardiles abogó por la "solidaridad" entre regiones y se marcó como objetivo "cuidar, atender, proteger y ordenar nuestras aguas" con el Pacto Nacional por el Agua, que pretende cerrar el Gobierno este año con el resto de partidos políticos. Señaló que el Gobierno ha incluido en los Presupuestos de 2018 destinar 1.688 millones de euros al agua y advirtió de la amenaza del cambio climático. "Vamos a tener menos agua y debemos repartirla mejor", declaró.
"El agua no tiene dueño"
Menos conciliador se mostró el portavoz de la Mesa del Agua de Almería, José Antonio Fernández Maldonado. "El agua no tiene dueño. Nosotros no le estamos quitando el agua a nadie, usamos el agua que sobra", aclaró. "Mientras una parte de España se inunda, nosotros tenemos sequía permanente. No falta agua, es un problema de gestión, y hay margen para vertebrar", denunció.
Fernández quiso poner en valor la "competitividad" del sector agrícola almeriense, "que no depende de subvenciones y genera 78.000 empleos directos, el 30% del empleo de toda la provincia". Aseguró que "rentabilizamos el agua hasta 12 veces más que otros cultivos. Tanto, que generamos 15 euros por cada metro cúbico de nuestra agua. Aprovechamos cada gota".
"El agua es para compartir no para competir, y en España no estamos siendo solidarios. Si el sureste no produce, se cae la renta agraria de toda España", añadió.
"El agua no es de donde llueve"
En la misma línea fue la directora de la compañía murciana Frutas Esther SA, Esther Gómez Yelo. "La vertebración de España es fundamental porque el agua es como la sangre para los agricultores. Siendo España el país con más donantes de órganos, nadie pregunta de dónde es el corazón o la sangre, pero sí pasa con el agua", aseguró.
Gómez señaló la contradicción de que el contribuyente "pague por quien sufre la sequía" y también "por quien sufre la inundación". La empresaria clamó por que "es tan importante mantener la flora y la fauna de los ríos, como no dejar que el resto se seque". "El agua no es de donde pasa o de donde llueve, es de toda España", señaló el Ex-Director del Canal de Isabel II y Ex-profesor de la Universidad Politécnica de Madrid, José Rubio Boch, que también participó en el debate.
Gómez aseguró que "no puedo entender que otras comunidades regantes no nos entiendan. No se puede enfrentar a las comunidades de la España seca con la húmeda". Se mostró a favor de las desalaciones y de los pozos, pero también de los trasvases "¿o cómo subimos el agua a Jumilla?".
Otra parte implicada, el Consejero de Agricultura de Castilla-La Mancha, Francisco Martínez Arroyo, dio otro punto de vista. "Castilla-La Mancha es la única región de España de la que sale agua para regar los campos de otras", aseguró. "En Castilla-La Mancha hay regantes que este año han tenido que restringir el agua, como en Guadalajara " añadió.