El Impuesto sobre la Renta cumple cuarenta años. Desde 1978, el gravamen directo por excelencia forma parte del sistema tributario español, reformado en la Transición con el objetivo explícito de aumentar la recaudación fiscal. Desde entonces, la base imponible y las tarifas del impuesto han pasado por distintas reformas, siempre al calor de la coyuntura política y económica del momento.
El IRPF original, introducido con Adolfo Suárez en La Moncloa, partía de un tipo mínimo del 15%, que entraba en vigor a partir de las 200.000 pesetas de la época. La complejidad del tributo era mayúscula, puesto que existían veintiocho tramos distintos, ocho de los cuales se situaban por encima del umbral del 50%. El nivel máximo de retención aplicado a los contribuyentes era del 65,51%. Dicha tasa se exigía a partir de los 9,8 millones de pesetas de ingresos anuales.
Uno de los aspectos más polémicos del IRPF original fue la decisión de publicar anualmente las llamadas "listas de contribuyentes". Cada año, el Ministerio de Hacienda editaba ochenta tomos de libros en los que se podían consultar las rentas declaradas y los tributos pagados por los ciudadanos españoles. Las "listas" dejaron de publicarse en 1981, cuando ETA secuestró a Luis Suñer, un industrial que, según la información tributaria disponible a todos los españoles, encabezaba el ranking nacional de declarantes.
El creciente peso de este gravamen queda reflejado si repasamos las series largas de recaudación fiscal que ofrecen instituciones como la OCDE. En 1980, este gravamen tenía un peso ligeramente superior al 4,2% del PIB. Cuatro décadas después, los ingresos esperados por la Agencia Tributaria para 2017 elevan esta cuota hasta el 7,4% del PIB.
Semejante aumento en el peso recaudatorio del impuesto implica que el IRPF ha visto aumentado un 76% su peso sobre el PIB. Pero la tendencia no siempre ha sido al alza. En los años de gobierno de Felipe González, que van de 1982 a 1996, el IRPF aumenta su recaudación del 4,2% al 7,7% del PIB. Sin embargo, en los años de gobierno de José María Aznar, que abarcan de 1996 a 2004, vemos que el peso de la recaudación aportada por este gravamen se redujo del 7,7% al 6,3% del PIB.
En términos nominales, el máximo histórico de recaudación llegó el pasado año, cuando el IRPF generó 85.000 millones de euros, de acuerdo con las estimaciones de la Agencia Tributaria. Esto supone rebasar el pico de 82.000 millones alanzado en 2007, coincidiendo con el punto álgido de la burbuja inmobiliaria.