Los trabajadores estadounidenses dedican 109 días de salario a cumplir con Hacienda. Si entregasen todos sus ingresos al fisco desde el día 1 de enero, esto significaría que no podrían disfrutar del fruto de su trabajo hasta el 19 de abril, fecha en que concluirían sus obligaciones tributarias.
Así se desprende del nuevo informe de la Tax Foundation, firmado por la analista Erica York. Dicho estudio subraya que la rebaja de impuestos aprobada por la Cámara de Representantes y el Senado con apoyo del presidente Donald Trump reducirá la factura fiscal de los estadounidenses por un monto equivalente a tres días de salario.
La presión fiscal alcanza en Estados Unidos el 30% de la renta nacional. El gobierno federal recauda anualmente 3,4 billones de dólares, mientras que la capa estatal y municipal de la Administración se lleva unos ingresos totales de 1,8 billones. En suma, las distintas obligaciones impositivas asumidas por los contribuyentes suponen un pago de 5,2 billones anuales.
¿Cómo se desglosa esa aportación tributaria? El principal mordisco es el Impuesto sobre la Renta, que no solo se aplica a nivel federal sino que también está sujeto a distintos recargos estatales y municipales. Si sumamos todos estos "mordiscos" fiscales, vemos que dicho gravamen supone 44 días de salario para un trabajador medio.
En segundo lugar nos topamos con las cotizaciones sociales, que exigen 26 días de salario a los trabajadores del país del Tío Sam. Algo más bajo es el peso de los impuestos indirectos, que se aplican solo a nivel estatal y suelen moverse en el entorno del 5-10%, claramente por debajo de los tipos habituales en la Unión Europea. En este caso, los gravámenes al consumo suponen 15 días de salario.
Pero también hay otras figuras fiscales que inciden en el día a día de los contribuyentes norteamericanos. El pago del Impuesto de Sociedades reduce la renta nacional en un monto equivalente a siete días de salario, mientras que los impuestos sobre la propiedad (equivalentes al IBI español) se llevan once días de sueldo. A esto hay que sumarle seis días más de ingresos, que se van a abonar tributos menores como los aplicados al patrimonio, las herencias, la importación de determinados productos, etc.
Existen importantes diferencias entre unos territorios de la Unión y otros. En Alaska y Louisiana, los contribuyentes dejaron de pagar impuestos el 4 de abril. También Florida (13 de abril) o Texas (14 de abril) se quedan por debajo del promedio nacional. Sin embargo, en California vemos que esta fecha se retrasa hasta el 23 de abril.
El peso de los impuestos es significativo si lo comparamos con el gasto asumido por los hogares en aspectos básicos como son la comida, la vivienda y la ropa. De hecho, según indica la Tax Foundation, el consumo acumulado en estos tres sectores es un 20% menor a la aportación fiscal total que realizan los estadounidenses.
Hay, eso sí, un elemento distorsionador en el cálculo del esfuerzo fiscal que realizan los estadounidenses. Se trata de la deuda pública, que permite reducir la carga tributaria actual a base de aumentarla en el futuro. Si las Administraciones no registrasen déficits presupuestarios y el endeudamiento fuese cero, los estadounidenses tendría que dedicar diecisiete días más de su salario a cumplir con Hacienda, de modo que se librarían el 6 de mayo de las cargas impuestas por el fisco.