Uno de los sueños del presidente de Ryanair, Michael O'Leary, podría hacerse realidad. Fue en 2009, cuando la aerolínea low cost abordó con Boeing la viabilidad de un proyecto que modificara la parte trasera de los aviones para instalar una serie de "asientos verticales", similares a las sillas de una barra de bar. La idea de estos asientos es que fueran aún más baratos que los normales.
El plan no cuajó por motivos de seguridad, pero el polémico directivo no se olvidó de su idea. Preguntado ya en 2012, Michael O'Leary afirmó que en cuanto las autoridades aeronáuticas declarasen que es seguro para los pasajeros volar de pie, su compañía tardaría "una semana" en instalar en sus aviones asientos verticales.
Ahora, Aviointeriors, una compañía italiana fabricante de interiores de cabinas de aviones y asientos de pasajeros, vuelve a retomar estas particulares butacas. Las ha bautizado como Skyrider 2.0, y las ha presentado en la Exposición de Interiores de Aeronaves de Hamburgo (Alemania).
Aviointeriors asegura que "su diseño permite aumentar el número de pasajeros en un 20%, lo que permite aumentar los beneficios de las compañías aéreas". En estos asientos los clientes viajarán sentados en una especie de sillín, prácticamente de pie, apoyados en un respaldo completamente vertical.
Los asientos "pesan un 50% menos que los de clase económica estándar y ofrecen la posibilidad de volar a quien hoy no puede pagarlo", defiende la empresa creadora, quien confía en que empiecen a utilizarse pronto en vuelos comerciales. Con su lanzamiento, el debate de si se autoriza la incorporación de este tipo de butacas vuelve a abrirse en el sector.