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El fondo estadounidense Carlyle quiere hacerse con Codorníu

El productor de cava busca un inversor externo para evitar caer en manos de Carlyle.

El productor de cava busca un inversor externo para evitar caer en manos de Carlyle.

El grupo Codorníu quiere encontrar un socio inversor minoritario que le permita dar salida a parte de los accionistas actuales, interesados en vender su participación, y evitar así que se haga con el control de la firma el fondo estadounidense Carlyle. Según han confirmado a Efe fuentes de la compañía, la dirección de la firma vinícola ha tomado esta decisión tras contar con el aval del consejo de administración, tal y como avanzan Expansión y La Vanguardia.

En el caso de que se materialice esta operación, ésta sería la primera vez que entra en el accionariado del histórico grupo catalán, formado por 216 miembros de la familia, personas que no pertenecen a ésta. La búsqueda de un socio externo minoritario es la solución que ha encontrado la dirección de Codorníu, que encabeza la presidenta Mar Raventós y el consejero delegado Javier Pagés, para evitar perder el control, ante el interés expresado por el fondo Carlyle de hacerse con una participación mayoritaria del grupo.

De esta manera, la dirección podría mantener el actual plan estratégico, orientado a la elaboración de marcas de más valor y prestigio. Este plan prevé cerrar este ejercicio fiscal con un ebitda de unos 30 millones de euros y un beneficio de 11 millones, según fuentes de la compañía. La entrada de este inversor exterior minoritario permitiría además incorporar a un nuevo director general y un consejo asesor orientado al negocio y la estrategia, formado por externos independientes.

Codorníu está bajo el paraguas del grupo Unideco, que llevó a cabo en 2017 un plan de reestructuración que implicaba dejar de elaborar marca blanca y la salida de trabajadores. El grupo vinícola catalán está controlado por cinco ramas de la familia Raventós, la empresa familiar más antigua de España y que lleva muchas generaciones elaborando cava.

Codorníu, con diez bodegas repartidas por España, Argentina y California y 3.000 hectáreas de viñedo propio, decidió a finales de 2017 trasladar su sede a Haro, en La Rioja, ante la situación política en Cataluña. Los movimientos en Codorníu se producen poco después de que Freixenet, la otra gran firma de cava catalán, firmara la venta de una participación mayoritaria, del 50,7 %, en la compañía alemana Henkell.

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