En los últimos años se ha hablado mucho de la "brecha salarial" existente entre hombres y mujeres. Los grandes titulares suelen elevar las diferencias retributivas hasta cotas escandalosas del 20%, pero un mínimo ejercicio de realismo estadístico nos recuerda que los salarios son los mismos cuando se desempeña la misma tarea y las diferencias agregadas se explican por otros factores (diferencias en horas trabajadas, profesiones elegidas, etc.).
No obstante, hablar de "brecha" entre hombres y mujeres no implica ceñirse solamente a la cuestión salarial. No en vano, hay importantes diferencias en otros aspectos como, por ejemplo, la esperanza de vida. Y es que, por mucho que cada vez vivamos más años, hay una notable discrepancia entre las estadísticas masculinas y femeninas.
Las tablas de mortalidad del Instituto Nacional de Estadística nos permiten explorar esta cuestión con detalle. Si nos vamos al año 1991 vemos que los hombres vivían 73,49 años, frente a los 80,65 de las mujeres. Existía, por tanto, una "brecha" de género de 7,16 años, de modo que ellas vivían siete años más que ellos.
Una década después, en el año 2000, la esperanza de vida había crecido para ambos sexos. En el caso de los hombres, pasó de 73,49 a 75,93 años. En el caso de las mujeres, subió de 80,65 a 82,74 años. Un fuerte aumento que, al ser ligeramente superior en el caso de ellos, redujo la "brecha" de género hasta los 6,81 años, igualmente dejando a los hombres en peor lugar.
Si avanzamos otros diez años en el tiempo, encontramos que la esperanza de vida volvió a aumentar significativamente. En el caso de los hombres, avanzó de 75,93 a 79,05 años. En el caso de las mujeres, el crecimiento fue de 82,74 a 85,04 años. La "brecha" de género se volvía a reducir ligeramente, cayendo hasta los 5,99 años pero arrojando, una vez más, un saldo negativo de casi seis años para los hombres.
Los últimos datos disponibles corresponden a 2016 y acaban de salir a la luz. Esta vez, la esperanza de vida de los hombres sube de 79,05 a 80,40 años, mientras que la de las mujeres crece de 85,04 a 85,90 años. La mejoría relativa vuelve a ser favorable a los hombres, pero su "brecha" de género sigue siendo de 5,50 años, de modo que el español medio vivirá cinco años y seis meses menos que la española media.