Los registros de la Seguridad Social de marzo, tras crecer en 139.000 afiliaciones (frente a los 161.000 estimados inicialmente), se sitúan en un total de 18,5 millones, lo que apunta a que el hito de recuperar la cota de los 19 millones se podría lograr en el segundo trimestre del año, gracias al crecimiento de la economía y a la estacionalidad de la actividad en los próximos meses.
El crecimiento del empleo, corregido por la estacionalidad y excluyendo el sector primario, lo cual permite comparar las cifras de forma homogénea, fue del 0,26% mensual, que, si bien es ligeramente inferior al del mes de febrero, constituye un buen dato. El menor aumento del empleo se produce tanto en los servicios -debido entre otros a un descenso en el empleo público- como en la industria, mientras que la construcción interrumpe una racha de dos años de crecimiento, con un parón en el segmento residencial, al tiempo que el volátil empleo de la agricultura desciende.
Más empleo asalariado
Con estos datos, el primer trimestre arrojaría un crecimiento económico del 0,8%, tasa similar a la de finales de 2017 y en línea con el histórico registrado en trimestres previos.
En perspectiva, se observa cómo la fase actual del crecimiento descansa más sobre el empleo asalariado que sobre el de los autónomos. Si en 2015 la relación era de 4,3 afiliaciones de cuenta ajena por una de cuenta propia, actualmente dicha relación es de 4,8.
A su vez, dentro del empleo asalariado se observa un ligero repunte en 2018 de la contratación indefinida sobre la temporal, lo que, de confirmarse, rompería la tendencia desde el inicio de la recuperación en la cual el promedio de contratos indefinidos sobre temporales descendió desde 2,5 en 2013 a 2,0 en 2017. En el inicio de 2018, el incremento es de apenas unas centésimas y habrá que comprobar en el transcurso del año si es un cambio de tendencia o no.
Crecimiento del 0,8% en el primer trimestre
La previsión de crecimiento del PIB no ha cambiado del 0,8% anterior. La novedad en marzo sobre el mes previo es que el crecimiento del empleo pierde algo de fuerza, lo mismo que los indicadores PMI de manufacturas y servicios que, en niveles de expansión, apuntan cierta ralentización en marzo.
La evolución en los próximos meses servirá para comprobar si los datos de marzo, en concreto en la industria y la construcción residencial, son un caso aislado -no hay que descartar el impacto del mal tiempo- o indican una fase de menor dinamismo de la economía española en lo que resta de año, cuya previsión inicial del PIB para 2018 se mantiene con un crecimiento ligeramente superior al 3%.