La renta nacional disponible bruta creció un 4,3% el pasado año, hasta un total de 1,15 billones de euros. Las causas de este crecimiento se deben al aumento de los salarios -crecieron un 3,3%- y a un mayor excedente de explotación de las unidades productivas residentes -que subieron un 4,8% en un año-, según el último estudio del Instituto Nacional de Estadística.
En el caso de los hogares, su renta disponible se incrementó un 2%, elevando su gasto medio un 4,2%, mientras que el ahorro total de las familias y de las instituciones sin ánimo de lucro se situó en 40.927 millones -un 24,1% menos que un año antes-. En concreto, la tasa de ahorro de los hogares cayó al 5,7% de su renta disponible, dos puntos menos que en 2016 y 7,7 menos que en 2009 -el año de mayor ahorro desde finales del siglo pasado, en plena crisis-. Se trata del menor nivel de ahorro desde 1999.
Asimismo, los hogares presentaron una necesidad de financiación de 3.063 millones de euros en 2017, frente a la capacidad de financiación de 17.544 millones registrada un año antes, lo cual significa que el ahorro acumulado no fue suficiente para financiar el volumen de inversión realizado por las familias, tras experimentar un fuerte incremento el pasado ejercicio. De este modo, las familias españolas registran su primera necesidad de financiación desde 2010.
Lejos de la media europea
La tasa de ahorro española sigue estando lejos de la media europea. De hecho, el 38% de los hogares nacionales no consiguen ahorrar nada o casi nada al mes. Por ello, el promedio de ahorro en España se encuentra por debajo del 8%, mientras que la media de la zona euro se sitúa en el 12,1%. Países como Alemania tienen una tasa de ahorro por hogar próxima al 17%, aunque en 2016 el país que terminó con la peor media ahorradora fue Reino Unido, que acabó el año cerca del 5%.