"La decisión del presidente Donald Trump de imponer aranceles a las importaciones chinas por valor de 60.000 millones de dólares y las represalias del país asiático con impuestos propios ha golpeado la confianza del mercado financiero, penalizando a las bolsas y generando preocupación sobre el impacto de esta guerra comercial en el crecimiento económico".
Así arranca el último informe del Equipo de Estrategia de Saxo Bank, en el que se incluye un cálculo actualizado del Índice de Riesgo Global. Dicho indicador revela un fuerte repunte de la incertidumbre económica, hasta llegar a cotas que no se veían desde el primer trimestre de 2016.
En el centro de la tormenta está la pugna comercial que están librando Estados Unidos y China. El país norteamericano ha denunciado "prácticas injustas para acceder a la propiedad intelectual" por parte del gigante asiático. En virtud de estas acusaciones, se han creado aranceles específicos que afectan a diversas industrias chinas: aeroespacial, maquinaria, tecnologías de la información…
John Hardy, jefe de estrategia de Saxo Bank para el mercado de divisas, indica que las represalias anunciadas por China "parecen más bien moderadas". Entre estas medidas están los aranceles contra la carne, la fruta, el vino, las tuberías de acero o el aluminio made in America. Hardy advierte que las acusaciones de la Casa Blanca son duras, pero aprecia "extremadamente modesto" el impacto macroeconómico de los aranceles impuestos en las últimas semanas.
Por su parte, Christopher Dembik, macroeconomista jefe de Saxo Bank, apoya esta idea: "No nos enfrentamos a una guerra comercial real que pueda desencadenar una guerra de divisas. Trump quiere mantener contentos a los empresarios estadounidenses y mostrarse agresivo en este tipo de cuestiones. Es una postura, una herramienta política, porque se acercan las elecciones legislativas y los republicanos deben salvar su mayoría en el Congreso".
Pero, por mucho que las consecuencias de lo que está pasando no sean de largo plazo, los analistas de Saxo Bank sí aprecian un repunte en el Índice de Riesgo Global, que mide el nivel de apetito por el riesgo a corto plazo en relación con las inversiones a largo plazo. "Hay un aumento en la volatilidad del mercado", reconocen desde la entidad danesa, que no registraba niveles como los actuales desde el primer trimestre de 2016.
Como no podía ser de otra forma, el mercado de materias primas está saliendo beneficiado de la incertidumbre. "Los metales preciosos están beneficiándose de su condición de activos refugio. El petróleo también está saliendo beneficiado, aunque es un tema que está en el aire, a la espera de ver qué pasa con las sanciones de Estados Unidos a Irán", zanja Ole Hansen, el jefe de estrategia en materias primas de Saxo Bank.